Comportamiento de factores de riesgo cardiovascular en ancianos
Autor: Dra. Virginia Concepción González | Publicado:  26/11/2009 | Geriatria y Gerontologia , Cardiologia | |
Comportamiento de factores de riesgo cardiovascular en ancianos .8

En el estudio Káiser (The Káiser Permanente Coronary Heart Disease in the Elderly Study) (60) se encontró que la hipercolesterolemia fue un factor de riesgo importante para el desarrollo de la aterosclerosis coronaria en varones de 60 a 79 años seguidos durante 10 años. El riesgo se incrementó con el aumento de la edad. A los 60 años fue de 2. 2 x 1000; mientras que a los 75 años era de 11.3 x 1, 000. La mortalidad por cardiopatía isquémica aumentó también con el nivel de colesterol. Los pacientes en el grupo con colesterol más alto (> 279 mg/dL) tuvieron una mortalidad por cardiopatía isquémica 1.38 veces más alta que los individuos con niveles más bajos. En el estudio de Framingham se encontró que, en individuos de 65 años o más, la elevación de las cifras de colesterol total era un factor de riesgo más importante en las mujeres que en los hombres (61). La razón de esta diferencia no es clara al presente.

 

Algunos estudios han encontrado que, en los ancianos, los niveles bajos de colesterol total se asocian con un aumento de la mortalidad. El estudio Leiden 85-plus (63), incluyó 724 pacientes con edades mayores a 85 años. En el período de seguimiento de 10 años, un total de 642 participantes fallecieron.

 

La causa principal de muerte fue la enfermedad cardiovascular en todos los niveles de colesterol sérico. Los resultados mostraron, además, que para estos pacientes en la novena década de la vida, los niveles altos de colesterol estaban inversamente relacionados con la mortalidad total y se asociaron con un incremento en la sobrevivencia.

 

El estudio Honolulu Heart Program fue un estudio longitudinal de las variaciones en lípidos y colesterol sérico y de mortalidad total (por todas las causas). En 3,572 hombres de origen japonés- americano, con edades de 71 a 93 años, que fueron observados a lo largo de 20 años, la tasa de mortalidad total, ajustada por edad, fue mayor en el grupo con la concentración más baja de colesterol sérico (63).

 

Estos resultados son difíciles de explicar. El estudio EPESE (Established Populations for Epimiologic Studies in the Elderly) (64) se diseñó para investigar la relación entre los niveles de colesterol total, de C-HDL, el riesgo cardiovascular y todas las causas de mortalidad. El estudio abarcó una población de 3, 904 hombres y mujeres mayores de 71 años de edad, seguidos durante un promedio de 44 años. En el total de la población estudiada, el nivel de colesterol total > 240 mg/dL se asoció con un aumento pequeño, sin significado estadístico de la mortalidad por cardiopatía isquémica. En el grupo de mujeres con estos niveles de colesterol total se encontró un riesgo elevado de muerte por cardiopatía isquémica (riesgo relativo: 1.8). Esta asociación no se observó en el grupo de hombres (riesgo relativo: 1.0).

 

Una reducción del 10% en el colesterol sérico produce una disminución del riesgo de EC de un 50% a la edad de 40 años, del 40% a los 50 años, del 30% a los 60 años y del 20% a los 70 años (65).

 

Triglicéridos.

 

Hulley y col. (1980); Kannel y col. (1983); y Steiner y col. (1987) describen como la hipertrigliceridemia se asocia con aterosclerosis precoz, aún cuando se haya discutido su presencia como factor de riesgo independiente (45).

 

HDL COLESTEROL

 

Los principales estudios epidemiológicos (Holme-OSLO STUDY, 1982; Watkins-MRFIT, 1985; Castelli-FRAMINGHAN, 1986; Rubenstein- LIPID RESEARCH, 1986; Brunnel-DONOLO, 1987), demuestran la relación inversa entre los niveles de Colesterol unido a las lipoproteínas de alta densidad y la Cardiopatía Isquémica, llegando a determinarse la mayor importancia del cálculo del ratio Colesterol total / HDL colesterol. La razón probable es su papel en el transporte de colesterol hacia el Hígado (45).

 

Los mayores niveles en mujeres pueden explicar entre otros factores de riesgo, en este caso, protector, la menor presencia de Cardiopatía Isquémica en mujeres fértiles. También la presencia del defecto genético del síndrome de HIPO-HDLemia produce mayor incidencia de Cardiopatía Isquémica. (Kwiterovich, 1986) (45).

 

Los niveles reducidos de HDL- colesterol se traducen en la existencia de menor cantidad de partículas HDL involucradas en el flujo de colesterol desde los tejidos periféricos, que es el primer paso en el transporte reverso de colesterol. La menor cantidad de partículas HDL impide que estas ejerzan los múltiples efectos antiaterogénicos que se han descrito a nivel de la pared arterial, incluyendo su función como antioxidantes (66).

 

Se calcula que un aumento de 1 mg/dl en la concentración de HDL se asocia a una disminución del riesgo coronario de un 2% en los varones y un 3% en las mujeres (44).

 

LDL COLESTEROL

 

Es el colesterol unido a las lipoproteínas de baja densidad, el de mayor poder aterógeno, aún cuando también el unido a las de muy baja densidad, junto a apoproteínas B y C están también en los ateromas (Ornitiri y col., 1976) (45). Parece que puede producir una lesión directa cuando los niveles son excesivamente elevados, sobre el endotelio vascular, pudiendo formar depósitos en los monocitos, tras el paso por difusión pasiva, pero tras su modificación estructural, oxidándose.

 

Estas lipoproteínas de baja densidad constituyen el parámetro lipídico más útil al evaluar el riesgo coronario, porque depositan el colesterol en las paredes y además se transforman en LDL-oxidada (colesterol inmune), que es más inmunogénica que la LDL nativa, por tanto, el nivel de autoanticuerpos contra la LDL oxidada y la detección de inmunocomplejos pueden ser nuevo marcadores diagnósticos en estadios tempranos de la aterosclerosis coronaria (67).

 

APOLIPOPROTEÍNA B

 

Es la apoproteína fundamental de la LDL. Se correlaciona claramente con la Cardiopatía Isquémica. Durrington y col. (1986) y Kesaniemi y col. (1987) la identifican como de mayor poder discriminante que los lípidos y lipoproteínas en la identificación de los casos con CI precoz, incluso con posibilidad de heredarse su exceso (Kwiterovich, 1986) (45).

 

APOLIPOPROTEÍNA A-I

 

Es la apoproteína fundamental de las HDL. De Baker (1982), demuestran que está más baja en enfermos con Cardiopatía Isquémica (45).

 

DIABETES MELLITUS

 

Robertson (1968), Reid (1974), Eschwege (1980), Waller (1980), demuestran la asociación positiva respecto al aumento de la aterosclerosis en la enfermedad metabólica más frecuente en la especie humana, e incluso en la simple hiperglucemia (45).

 

Kannel y col. (1979) encuentran una mayor mortalidad cardiovascular en mujeres respecto a los varones y en relación a la población general. El efecto aterosclerótico de la Diabetes Mellitus puede ser debido a dos causas; por un lado un efecto directo sobre el endotelio vascular, aumentando la tendencia a la agregación plaquetaria, aumentando el fibrinógeno y los factores de coagulación VII y VIII, disminuyendo la Antitrombina III; y por otro lado una clara asociación con otros factores de riesgo: hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, hipo-HDLemia, hipertensión arterial (HTA) y Obesidad (45).


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