Manual de induccion para pacientes y familiares que ingresan al programa de hemodialisis
Autor: Nayiby Vargas  | Publicado:  24/06/2010 | Divulgacion Medica , Nefrologia | |
Manual de induccion para pacientes y familiares que ingresan al programa de hemodialisis .2

En el caso de las enfermedades de tipo renal, cuyo crecimiento se ha incrementado en los últimos años, han empezado a censarse tanto pacientes como centros asistenciales dedicados a la atención de individuos que presentan cuadros derivados por los problemas renales, notándose una mayor demanda de servicios que las actuales unidades de atención pueden cubrir en sus horarios normales, o que en muchas oportunidades exceden a su capacidad de atención en función de sus recursos materiales y humanos.

Por otro lado, la falta de un enfoque de atención a la medicina preventiva a nivel de los responsables en materia de la dirección de las políticas en salud, sobre otras enfermedades que pueden potencialmente dañar a los riñones, tales como: la hipertensión, Diabetes Mellitus, glomérulonefritis, síndrome nefrótico, obstrucción de las vías urinarias, infecciones, riñón poliquístico y, Lupus eritematoso sistémico entre otros, inciden directamente en la insuficiencia renal de cualquier individuo; y por ende, en el incremento de los casos que escapan a la gestión asistencial.

Es preciso señalar que el enfermo renal crónico es aquel que tiene sus riñones irreversiblemente dañados y se ve obligado a limpiar su sangre mediante un procedimiento artificial (diálisis). Es por ello que, estos pacientes diagnosticados como tal, buscan desesperadamente un trasplante de un órgano sano que le devuelva una vida normal y desprendida de una máquina.

No obstante, como lo define Zehnder (2004), “La diálisis es un procedimiento que consiste en la depuración o limpieza de la sangre de pacientes que tienen una insuficiencia renal, ya sea aguda o crónica” (p. 1), en este sentido es un tratamiento que ayuda a los afectados a mantenerse en pie mientras aparece el donante compatible y les permite hacer la terapia en algún hospital o clínica venezolana hasta el momento que se produzca la llamada desde algún centro asistencial del país o del exterior para que acuda a realizarse la intervención, espera que puede ser corta o hasta de varios años.

Así se habla de insuficiencia renal, como lo señala Catoni y Palma (1997), cuando afirma que el riñón se daña de tal manera que no puede cumplir completa y eficientemente sus funciones (25% o menos de la función renal normal). Cuando los riñones ya no son capaces de limpiar la sangre de toxinas y retirar el agua adecuadamente, la persona comienza a presentar un conjunto de síntomas llamado “síndrome urémico” (10% o menos de la función renal normal).

En este sentido, los gerentes o directivos de las unidades de nefrología, saben que las alternativas para el tratamiento son: la hemodiálisis, la diálisis peritoneal y el trasplante renal. Sin embargo, la hemodiálisis, es uno de los procedimientos más viable o mejor dicho, la primera alternativa de aplicar en las primeras de cambio, inclusive si el paciente está inconsciente; pues las otras alternativas no tienen mucha viabilidad en el entorno de la comunidad.

Por tal razón, en el área del cuidado del paciente renal, el gerente debe propiciar una interacción permanente con el equipo multidisciplinario de salud, desde el médico especialista (nefrólogo), los residentes, enfermeras, trabajadora social, nutricionista entre otros. El personal de enfermería debe poseer una capacitación específica en el área de la nefrología, para poder ofrecer unos cuidados de calidad desde que el paciente ingresa por primera vez, demostrando las habilidades técnicas, educativas para informar y enseñar al paciente a adaptarse al nuevo cambio de vida por su situación de enfermo renal, incluyendo allí las estrategias de soporte psicológico tanto al paciente como a sus familiares.

Con respecto al paciente y sus familiares, Andreu y Force (1997), señalan que “La educación del enfermo renal es una actividad fundamental de enfermería, imprescindible para lograr la máxima independencia del paciente y conseguir su buena rehabilitación e integración social y laboral” (p. 335) Aspecto que muchas veces es olvidado, por lo que no se consigue un aprestamiento de ambas partes para incorporarse al tratamiento prescrito, y en otros casos, por la falta de una guía escrita, la cual debe orientar bajo un nuevo esquema al paciente para que se adhiera a una nueva rutina de sobrevivencia.

Dada la situación de cronicidad de la enfermedad, es política de los responsables de los centros asistenciales en el área de nefrología, difundir entre sus subordinados los lineamiento para aconsejar e involucrar a la familia en los diferentes aspectos del tratamiento hemodialítico, de tal manera que tenga conocimiento de aspectos tales como: normas de higiene, educación dietética, ejercicios físicos, signos de alarmas, riesgos, sexualidad, organización del servicio de nefrología, controles, exámenes de laboratorio, soporte de otras instalaciones hospitalarias, transporte, asociaciones para enfermos renales, entre algunos de los elementos más destacados. Pero debido a que son muchos o múltiples aspectos a ser tomados en cuenta, si los mismos no son suministrados por escrito, pueden ser olvidados u omitidos en las charlas informativas, y ante una crisis no esperada, el paciente o su familiar no sepan qué hacer para resolver ante una situación presentada.

Tomando en cuenta que los riñones, como todos los órganos del cuerpo se pueden enfermar, y que estos no dejan de funcionar totalmente, pues si sufren un daño parcial, el tejido que queda es capaz de procesar un alto volumen de toxinas; razón por la cual muchos pacientes no presentan síntomas de la enfermedad hasta que el daño está muy avanzado. Por ello, muchos pacientes que ingresan por primera vez a un centro especializado para el tratamiento de la insuficiencia renal, generalmente entran en schok, tanto ellos como sus familiares. En la mayoría de los casos, es una situación inesperada, y más aún cuando debe ser hospitalizado(a) sin previo aviso, pero más grave o crítica es la situación, en el momento en el cual se enteran que su tratamiento es prácticamente por tiempo indefinido, de por vida o hasta que puedan ser sometido a un trasplante de riñón.

Ante el diagnóstico y tratamiento de una enfermedad crónica como es la insuficiencia renal, el proyecto y calidad de vida del paciente, cambia radicalmente, desde el primer día del ingreso a la unidad de diálisis. Se puede señalar que los pacientes pasan por varias etapas que reflejan los mecanismos de adaptación que se desarrollan y que son comunes frente a cualquier enfermedad. Estas dependen de una serie de variables del paciente como su educación, historia personal, creencias, valores, desarrollo espiritual. Todas ellas determinarán el comportamiento y participación en los tratamientos y rehabilitación posible.

Algunos al escuchar el diagnóstico asumen diferentes roles, la principal es una actitud de rechazo, de no creer y buscarán otras opiniones con la esperanza de que exista un error. La confirmación del diagnóstico y del tratamiento puede generar un período de rabia y rebeldía que en ocasiones se traduce en no querer hablar del tema con familiares y/o amigos, y a veces también en no desear hacerse exámenes o continuar el tratamiento indicado. A esto puede seguir un período de desesperanza y depresión en que ya no desean participar en la terapia y tampoco muestran interés por la vida familiar. Finalmente, es posible que logren la aceptación de esta nueva condición y asuman una actitud participativa y facilitadora de la terapia.

Los aspectos antes señalados, deben ser considerados por todos los involucrados en el proceso de atención al paciente, desde los niveles más altos, como los gerentes, pues la complejidad del día a día de cualquier directivo en función de gerente no puede ser enfrentada solamente con conocimiento o título, hoy en día el mundo moderno exige que las personas que ocupan cargos de responsabilidad directiva, deben poseer un perfil adecuado con un conjunto de rasgos particulares sobresalientes (aptitudes, actitudes, habilidades y destrezas, entre otras) que hacen el tipo de persona adecuada para “poder hacer”, “saber hacer” y “hacer” una tarea y/o tomar decisiones durante el desempeño de una gestión, lo que va a permitir que optimice los recursos escasos y aproveche al máximo el potencial de los recursos humanos de que dispone.

En el caso de la Unidad de Nefrología, por pertenecer a una institución de naturaleza pública, donde se ha hecho costumbre practicar un estilo de gerencia en crisis, es decir, lo que se ha denominado la gerencia de “apagafuegos”, por lo cual se debe dar participación al equipo multidisciplinario de exponer sus ideas para mejorar o aportar soluciones a los problemas que el día a día observan en su recinto de trabajo.

Por ello, el trabajo de enfermería es de radical importancia, y los niveles directivos deben ubicarse en su posición para percibir los requerimientos estratégicos para desempeñar un mejor trabajo, ya que es uno de los miembros del equipo multidisciplinario que permanece por mayor tiempo y trata más directamente al paciente durante las sesiones de hemodiálisis.


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