"una dilución homeopática puede ser detectada por espectroscopia de absorción y/o emisión hasta la dilución 10 exponente -24, en las cercanías del Nº de Avogadro"

Aquí estamos ya en la mentira absoluta. Las diluciones homeopáticas trascienden el número de Avogadro, es decir, que en sus preparados no queda _ni una molécula_ de la sustancia activa. Lo que queda, según Hahnemann es el "espíritu curativo", o sea, la magia.

El charlatán Jacques Benveniste intentó engañar a la gente de la fundación James Randi, y fracasó, demostrándose que su "memoria del agua", aplaudida por la magia homeopática como "prueba" era un simple fraude.