La Universidad de Padua, forjadora pensamiento medico y cientifico moderno. Capitulo 2. Siglo XII .9
Poner en tela de juicio que el hombre estaba en el centro del Universo, significaba ir en contra del más grande de los ideales, el de la contemplación por parte del hombre de la majestuosidad de los cielos hechos por Dios.
La importancia de la obra de Copérnico es que fue precursora de grandes cambios científicos y que pondría en marcha una serie de conjeturas que romperían las barreras del pensamiento reinante para aquel entonces.
Con su obra se afianza otra gran idea propia de la modernidad y es que la naturaleza va perdiendo su carácter teológico, el hombre ya no es el centro del universo, sino que Copérnico lo desplaza a una posición móvil, como la de cualquier otro planeta.
A partir de Copérnico se desencadena la idea de que el hombre ahora está gobernado por su Razón, que será la facultad del ser humano que hace que tome parte en el ordenamiento del Universo. El hombre pasa a ser un ser autónomo basado en su capacidad de raciocinio. La razón humana es dueña de la Naturaleza. El hombre ya no será un ente contemplativo sino constructor de su destino.
La difusión de la teoría copernicana se lleva a cabo sobre un fondo político e histórico de cambio como fue la emergencia del protestantismo religioso y posteriormente el cisma entre católicos-cristianos y el mundo protestante en sus diversas formas.
En 1563 termina el Concilio de Trento, dejando establecida la reforma radical de la Iglesia e imponiendo un programa de recuperación y defensa del dogma frente al mundo reformista.
El Papa Pío V (Antonio Michele Ghiselieri 1566-1572) y el Papa Gregorio XIII (Ugo Buoncompagni 1572-1585), entre 1566 y 1585 culminarán el proceso de recuperación de la Iglesia católica en la segunda mitad del siglo XVI, aliviando la división interna y los problemas de jerarquía eclesiástica. Pero los sucesos acaecidos en los cielos con Galileo y con las observaciones que Copérnico hizo de estos, minaron ciertamente la autoridad y credibilidad de la filosofía que sustentaba la astronomía ptolemaica.

Como punto de curiosidad Copérnico sólo utilizó tres instrumentos para sus observaciones astronómicas: el Cuadrante, el Astrolabio y el “instrumento paraláctico”. Con ellos, desde su torre de observación, observará el Sol, la Luna y las estrellas. La última observación que utiliza para el “De Revolutionibus” fue el 12 de Marzo de 1529 y vio al planeta Venus. Estaba finalizando su obra magna y tenía 56 años.

Se cree que la idea principal de Copérnico fue la de conservar las ideas y principios de la Antigüedad pero con otra hipótesis: la del movimiento de la Tierra. Ptolomeo sólo ofrece una caja de herramientas para resolver problemas, mientras que Copérnico unirá todos esos problemas para dar una configuración completa del Sistema Planetario: un Universo finito y cerrado pero con las estrellas infinitamente alejadas, idea que daría píe a que sus sucesores planteasen la idea de un Universo infinito. Por eso la importancia fundamental de Copérnico no fueron sus ideas en sí, sino lo que éstas significaron para abrir paso a los descubrimientos astronómicos posteriores.
En el prefacio de su obra magna le escribe al Papa Paulo III en 1543: cito textualmente: ‘Si por casualidad hay charlatanes que, aun siendo ignorantes de todas las matemáticas, presumiendo de un juicio sobre ellas por algún pasaje de las Escrituras, malignamente distorsionado de su sentido, se atrevieran a rechazar y atacar esta estructuración mía, no hago en absoluto caso de ellos, hasta el punto de que condenaré su juicio como temerario’.

WILLIAM HARVEY (1578-1657)
Como estudiante graduado en Medicina de la Universidad de Padua, otorga un prestigio más, a la ya innumerable lista de hombres de ciencia que llenaron sus aulas de estudio. Harvey nació en Folkestone, Kent, Inglaterra hijo de un próspero comerciante, Thomas Harvey. Estudió en el King's School de Canterbury; en Gonville y en el Caius College en Cambridge y en la Universidad de Padua, estudió con el maestro Hyeronimus Fabricius Acquapendente, y graduado en 1602.
Después regresó a Inglaterra. Se convirtió en médico en el Hospital de San Bartolomé en Londres. Se le acredita ser la primera persona en describir correctamente las propiedades de la sangre al ser distribuida por todo el cuerpo a través del bombeo del corazón. Debe apuntarse que el español Miguel Servet describió la circulación pulmonar un cuarto de siglo antes que Harvey naciera, pero la plasmó en un libro de Teología, llamado ‘Christianismi Restitutio’, publicado en 1553 el cual fue considerado como herejía y en consecuencia, casi todas las copias del mismo fueron quemadas excepto tres copias que fueron descubiertas décadas más tarde. Tanto su obra como su persona terminaron en la hoguera.
Sin duda el trabajo de Harvey se inspiró tanto en el estudio de los escritos y pensamientos de Miguel Servet o Servetus (1511-1553), conocido más por su lado teológico y su disputa con Calvino, como en los estudios del médico árabe Ibn al-Nafis (1211-1288).
Su ‘aggiornamento’ de la medicina musulmana, sobre todo de los trabajos de Ibn al-Nafis sobre las arterias en el siglo XIII, y sus descubrimientos de la circulación pulmonar separándola de las hipótesis de Galeno, razonando con método sus propios estudios, lo llevó a la inmortalidad.
En Padua conoció a profesores como Realdo Colombo, procedente de Cremona que había sido por años el asistente preferido del anatomista Andrés Vesalio. Ahí conocería también la obra de Andrés Cesalpino sobre la función sanguínea y la de Fabricio D´Acquapendente sobre la existencia de las válvulas venosas y su función. Esto lo unió al conocimiento que adquirió en un viaje a Roma, donde asistiendo al Colegio Inglés donde sin duda pudo leer la obra de Servetus y de Ibn al-Nafis y comenzaría a labrar sus propias conjeturas, experimentos y conclusiones.
