Diplomado de infecciones de transmision sexual para licenciados en enfermeria
Autor: MSc. Leonel Puentes Ramos | Publicado:  22/08/2011 | Formacion en Ciencias de la Salud , Enfermedades Infecciosas , Enfermeria , Articulos | |
Diplomado de infecciones de transmision sexual para licenciados en enfermeria .2

Aunque Nightingale abogó por la independencia de las escuelas de Enfermería con respecto a los hospitales, con el fin de que los estudiantes no tuvieran que integrarse en los equipos de trabajo de tales centros como parte de su formación, las escuelas estadounidenses fueron incapaces, durante muchos años, de lograr tal independencia; también Nightingale creía que la medida del “Arte de la Enfermería” no podía obtenerse sólo con exámenes de titulación, sino que eran necesarios métodos de verificación que incluyeran estudios de casos (notas) realizados por los propios aspirantes del St. Thomas Hospital (2).

Nightingale comprendió que un buen ejercicio profesional sólo puede provenir de una completa formación (Instrucción). Este mensaje está presente en todos sus escritos sobre la Enfermería. (2).

Florence Nightingale, al elaborar el Plan de Estudios para la primera escuela de Enfermería, analizó lo que la enfermera hacía en los hospitales. Como consecuencia, la imagen de la enfermera comenzó a relacionarse con las tareas y procedimientos que constituían el núcleo del Plan de Estudios (3).

En el propio siglo XIX son varias las reformas en diferentes escuelas de enfermera como la de Alemania al crear el Instituto de Diaconisas; y 1860 la Nightingale organiza en Londres su propia escuela de enfermeras, otros cambios se le suman a los planes de estudios a lo largo del siglo XX en la formación de enfermeras. Todo esto provocó grandes transformaciones sociales y la enfermera ocupa una posición superior en el reconocimiento en el contexto mundial.

Este enfoque hace hincapié en los conocimientos necesarios para la planificación, intervención y evaluación eficaz que complementan el diagnóstico y el régimen de Enfermería. Este recorrido transversal de los saberes de Enfermería desde Florence Nightingale a la actualidad, ha permitido estructurar el marco teórico de la ciencia, reconociendo al “cuidado” como la esencia de la profesión (2).

A medida que la Enfermería adquiere experiencia, el conocimiento clínico se convierte en una mezcla de conocimientos prácticos y teóricos. Las habilidades se desarrollan a medida que la práctica clínica avanza en respuesta a la situación de salud y a la demanda de los servicios (4).

La Enfermería fomenta, en su actividad profesional, una actuación eminentemente práctica al proponer y ejecutar cuidados en su accionar; para ello es necesario lograr en los estudiantes fundamentos teóricos que se reviertan en su actuación independiente.

Patricia Benner, en su teoría del Principiante al Experto: Excelencia y Poder de la Enfermería Clínica, planteó que el ejercicio clínico de la Enfermería tiene el objetivo de descubrir y describir el conocimiento que conlleva la práctica profesional. Intentó destacar en su teoría los límites de expansión del conocimiento clínico, más que descubrir una típica prueba de trabajo de una enfermera. La explicación que Benner da al ejercicio profesional va más allá de la rígida aplicación de las reglas y teorías; en lugar de ello, plantea que el ejercicio profesional se basa en una conducta razonable que responda a las necesidades de una situación determinada (5).

Para toda persona, el educarse viene a ser el fomentar, a través de un proceso social, la realización de sus potencialidades; en los profesionales de Enfermería se induce esta misión humanística, donde la educación implica que el aprendizaje se de en función del contexto real, como en el sentido de formar valores en la persona; de modo que cada individuo pueda enfrentarse con un criterio propio, sólidamente fundamentado, a los problemas de su vida profesional y social. Esto supone un trabajo auténticamente educativo e investigativo, sustentado sobre el modelo de la docencia que organiza dinámicamente los factores que intervienen en el proceso Enseñanza-Aprendizaje (4).

La formación de recursos humanos de Enfermería en Cuba, ha transitado por diferentes etapas de desarrollo. El inicio de los mismos se enmarca en 1899, cuando surge la primera escuela de enfermeras profesionales por Miss O’Donnell, y las primeras graduadas reciben su título el 25 de septiembre de 1902. Desde finales de la primera década del siglo XIX, y hasta el propio triunfo revolucionario, se continuó la formación técnica de personal de Enfermería por diferentes escuelas que se fundaron a lo largo de Cuba (6).

Al triunfo de la Revolución —año 1959— solamente existían 828 enfermeras. El desarrollo cualitativo y cuantitativo de la Salud Pública Cubana dio lugar a la formación masiva de enfermeros para cubrir las necesidades existentes y se creó el Plan de Estudios de Auxiliares de Enfermería, con 6 meses de duración y sexto grado de escolaridad, descentralizados en todas las provincias del país; posteriormente se extendió a un año de duración (6).

En la década de los ‘60 se crea la Dirección Nacional de Docencia Médica Media. En la década de los ‘70 se produce un proceso de profundización, con grandes cambios cualitativos en el trabajo de la Docencia Médica Media; se vinculan los planes de estudio de la Salud al Sistema Nacional de Educación.

Los cursos Postbásicos se inician en el año 1963 por los cursos de Docencia y Administración. La especialización de enfermeras en Infecciones de Transmisión Sexual y Lepra no ocurre hasta 1982, siendo acreditadas para la impartición del mismo Ciudad de La Habana, Sancti Spíritus y Holguín; otras provincias se suman en cursos posteriores, permaneciendo en la actualidad sólo el Hospital “Miguel Enrique” de la capital con la realización de este posbásico. Estos cursos preparan al personal de enfermería de manera práctica para llevar el funcionamiento del programa de Infecciones de Transmisión Sexual.

El progresivo desarrollo de las instituciones de salud en los tres niveles de atención, y la exigencia de brindar un servicio de calidad al individuo sano o enfermo, familia y comunidad, llevó a que en noviembre de 1973 se creara una comisión integrada por profesionales del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, funcionarios del Ministerio de Salud Pública, médicos y enfermeros, para diseñar el Plan de Estudios de la Licenciatura en Enfermería, con asesoría de Canadá (7).

En 1976 comienza el primer curso de la carrera de Licenciatura en Enfermería, en la Facultad de Medicina de la Universidad de la Habana, actual Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana. Para su diseño se constituyó una comisión por prestigiosos profesionales de la enfermería con basta experiencia en la asistencia y la docencia (8).

En 1976 se funda la Sociedad Cubana de Enfermería, incorporada al Consejo Científico del Ministerio de Salud Pública, para ampliar la formación científico-técnica de los enfermeros (7).

Con la creación en 1976 del Ministerio de Educación Superior en Cuba, los centros de Educación Médica Superior pasan a ser atendidos por el Ministerio de Salud Pública, lo que constituyó un avance en el desarrollo del proceso docente educativo de la enseñanza universitaria (9).

A nivel mundial, la educación de postgrado surge a mediados del siglo pasado (XIX), aunque sus antecedentes se remontan al propio origen de la enseñanza superior, mediante los grados de Doctor, Maestro o Profesor que, con carácter casi siempre honorífico, otorgaban las universidades medievales como constancia de que un licenciado o egresado de sus aulas podía considerarse un hombre culto y capaz de enseñar su profesión (10).

Con la Revolución Industrial y el desarrollo tecnológico de siglos recientes se producen presiones sobre las universidades para que se adapten a las nuevas necesidades educacionales; la respuesta se produce en términos de diversificar los estudios, profundizar los contenidos y adoptar la investigación científica como fin esencial de dichas casas de estudios. Nace así, en Alemania, a comienzos del siglo XIX, la Universidad moderna o científica, caracterizada por su autonomía académica, (de enseñanza y aprendizaje), la integración de la investigación con la docencia y los estudios doctorales centrados en la realización y defensa de una tesis, concebida como el producto de una investigación científica individual (11).

Esta universidad se convirtió pronto en modelo para la educación superior de otros países, y es así como la adopción del Doctorado Germano da origen en Estados Unidos a las primeras escuelas para graduados del mundo. En Rusia 0.se estructura una universidad con tres grados prelativos (Licenciatura, Candidatura y Doctorado en Ciencias), y a comienzos del presente siglo Inglaterra también lo adapta a su medio. Sólo Francia, entre las naciones más adelantadas de la centuria pasada, y por razones de rivalidad política, se resiste a la influencia alemana y estructura sus estudios postgraduados bajo otra concepción: la separación de la investigación y la docencia y el control centralizado de los estudios universitarios (11).

La expansión de la educación de postgrado ha sido grande en la segunda mitad del siglo XX (en su última década el crecimiento internacional estuvo cercano al 4%), aún cuando se ha producido estancamiento en años recientes en países tan importantes como Estados Unidos, Alemania e Inglaterra, en contraste con el crecimiento acelerado en Japón, España y en la mayoría de los países de América Latina (11).

En la década del ‘60 aparecen, en algunos países de América Latina, estudios posteriores a la Licenciatura en Enfermería. La iniciación de los programas de postgrado, a partir de esta década, dio impulso a la construcción de saberes específicos sobre Enfermería, y a su reconocimiento en la comunidad científica dentro y fuera de América Latina (11).

Es importante señalar que en América Latina las opciones de estudios de postgrados en el área de Enfermería, en el período comprendido entre 1995 y 2001, según datos obtenidos, es limitado, ocupando la puntera en la ejecución de los mismos Chile, Colombia y Bolivia. En la actualidad persisten grandes dificultades en la realización de las diferentes figuras del postgrado, con mayor énfasis en el diplomado, pues no se ha identificado el impacto de estos programas en el sistema de salud y su inadecuada distribución en los países del área, así como que la falta de definición de políticas regionales y nacionales son barreras que hay que vencer (12).


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