Diplomado de infecciones de transmision sexual para licenciados en enfermeria
Autor: MSc. Leonel Puentes Ramos | Publicado:  22/08/2011 | Formacion en Ciencias de la Salud , Enfermedades Infecciosas , Enfermeria , Articulos | |
Diplomado de infecciones de transmision sexual para licenciados en enfermeria .4

En el Sistema Nacional de Salud de Cuba, el Diplomado surge como necesidad del perfeccionamiento del sistema de superación profesional que se veía menguado desde fines de la década de los 80, al rediseñarse los estudios de postgrado dedicados a la especialización o reorientación de los conocimientos y habilidades de los profesionales (19).

El Diplomado, desde el punto de vista de los objetivos didácticos de superación profesional que persigue, permite a los graduados de ciencias médicas alcanzar un mayor grado de desarrollo profesional con el objetivo final de aumentar los niveles de Competencia y Desempeño, para redimensionar su perfil profesional en función de lograr un mayor grado de satisfacción de la población atendida (20).

Los diplomados hacen posible la adquisición, con un adecuado nivel de profundidad, de los métodos y técnicas profesionales, así como de modos de actuación inherentes a determinados campos de acción, que no fueron estudiados en los niveles precedentes o fueron adquiridos sin la profundidad requerida para lograr un desempeño exitoso y un mayor grado de satisfacción de la población atendida (21).

Una forma de elevar la efectividad y calidad del trabajo del Licenciado en Enfermería será el diseño de Diplomados que se desarrollen sin altos costos, utilizando la infraestructura de los servicios del Sistema Nacional de Salud, vinculados a los propios escenarios laborales de forma estrecha, es decir en el área donde tienen lugar los procesos asistenciales, gerenciales, investigativos y de formación y desarrollo de los profesionales de Enfermería. Se sustenta en los principios del proceso docente educativo de la educación en el trabajo y la integración docente-asistencial-gerencial-investigativo (22).

En el Ministerio de Salud Pública, se ha ido ganando en experiencia en el trabajo con los diplomados y, en estos momentos, a partir de los diplomados de proyección comunitaria, se desarrolla un trabajo encaminado a dar respuesta a diferentes perfiles de actuación en estrecha coordinación con las necesidades que el propio Sistema Nacional de Salud demanda (23).

La modalidad de estudio de superación profesional que más se está trabajando en esta etapa es el Diplomado, ya que por sus características, nivel de aprobación y requerimientos de sus claustros profesionales permiten dar una respuesta rápida a las demandas existentes de superación de los egresados (24).

FUNDAMENTACIÓN

Las definiciones revisadas de infecciones de transmisión sexual (ITS) son múltiples, y cada autor la enfoca desde su punto de vista. Una de las más aceptadas es la que la define como un conjunto de infecciones que se trasmiten fundamentalmente a través de las relaciones sexuales. Algunas de ellas también pueden trasmitirse a través del contacto con la sangre o de la madre infectada a su hijo. Son muy comunes en el mundo como causa de morbilidad, complicaciones y secuelas... (25).

Un concepto más amplio de Infecciones de Transmisión Sexual es el que plantea que son enfermedades que normalmente se trasmiten de una persona a otra por coito heterosexual u homosexual, o por contacto íntimo con los genitales, la boca o el recto (26).

Las infecciones de transmisión sexual son invasiones al organismo por parte de gérmenes patógenos que se reproducen y multiplican, adquiridas por o a través de prácticas sexuales.

El origen de las infecciones de transmisión sexual fueron la causa de grandes debates entre médicos e historiadores. La idea predominante es que estas infecciones se fueron extendiendo entre la población indígena por el contacto con mamíferos (27).

Hace más de 500 años se conoce que ya la mujer era considerada como pertenencia personal, destinada a propiciar placer sexual y a funciones de reproducción, mientras que los hombres tenían derecho a practicar relaciones sexuales con varias mujeres y el sexo para ellos era considerado como una realidad más de la vida cotidiana. Con la aparición del judaísmo (en el Antiguo Testamento, fuente originaria de la ley judía) se prohíbe el adulterio, la homosexualidad, etc. Aunque en la antigua Grecia había tolerancia a ciertas formas de homosexualidad, las mujeres seguían siendo consideradas ciudadanas de segunda categoría. En Atenas, por ejemplo, éstas carecían de derechos legales y políticos en la misma medida que los esclavos; eran consideradas las portadoras de hijos. Con el surgimiento del cristianismo la Iglesia manifiesta también sus negativas posiciones en torno al sexo (28).
En algunas culturas orientales (China e India) se toma una posición más positiva en torno a la sexualidad, pues el sexo no era un hecho que inspiraba terror, ni se conceptualizaba de pecaminoso; se estimaba como un acto culto y de veneración (29).

El verdadero padre de la sexología moderna fue el dermatólogo berlinés Iwan Bloch (1872-1922), quien acuñó el nuevo término “Sexualwissenschaft” que primeramente fue traducido como “ciencia sexual” y posteriormente como sexología (30). En su estudio “La vida sexual”, es incapaz de dar una respuesta justa a las múltiples relaciones entre la sexualidad y los otros aspectos de la vida humana. Para hacer justicia al amor en la vida de las personas y de la sociedad, y en relación con la evolución de la civilización humana, esta rama particular del saber debe ser tratada como una parte de la “ciencia general de la humanidad,” que está constituida por una unión de el resto de las ciencias —de la biología general, de la antropología y de la etnología, de la filosofía y de la psicología, de la historia, de la literatura, y de la historia entera de la civilización— (28).

En Cuba, en el siglo XIX, las enfermedades venéreas y sifilíticas tuvieron un considerable desarrollo, lo que obligó a crear hospitales especiales para su tratamiento, como fue “El Retiro” de don Vicente Garcínez (31).

En el mes de junio de 1873 fue abierto el Hospital de Higiene, por las autoridades de salubridad en Cuba; en él se verificaba el internamiento de las prostitutas que los inspectores médicos encontraban con males venéreos (32).

En 1938 se crea el patronato para la profilaxis de la lepra, enfermedades cutáneas y sífilis, y se identifica por primera vez la necesidad de actividades educativas a grupos de alto riesgo, así como la importancia de mejorar la educación profesional (30).

En el período pre-revolucionario las enfermedades venéreas siguen un vertiginoso incremento dentro de la población, lo que unido a las malas condiciones de salud, hace que la mortalidad por estas enfermedades fueran elevadas en Cuba.

Hasta 1959, en Cuba no existían reportes confiables de las llamadas “Enfermedades Venéreas”.No siendo hasta después del triunfo revolucionario cuando se comienza a obtener estadísticas confiables que permitieron que unido a las transformaciones en el sector de la salud se alcancen los actuales indicadores que tiene el país. Es necesario resaltar los tres elementos que sustentan el sistema de salud cubano. Ellos son: universalidad, gratuidad y accesibilidad para toda la población.

Entre 1959 y 1962 la atención a las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) era brindada principalmente por dermatólogos, donde a través de dispensarios existentes se trataban las enfermedades venéreas y lepra.

En el propio año 1962 se concibe y se inicia el “Primer Programa de Control de Sífilis”, por parte del Departamento de Dermatología Sanitaria; se comenzaron a atender pacientes por demanda espontánea en consultas de hospitales, no vinculándose con la atención primaria, presentando por tanto las siguientes limitaciones:

Inadecuada cobertura de los servicios a la población expuesta.
Muy variable el apoyo de los laboratorios.
Ineficiencia en técnicas epidemiológicas y en buscar contactos.
Deficientes elementos que sustentaran un efectivo control.

No obstante las limitaciones, a través de este programa se pudieron determinar criterios para el diagnóstico, se dieron las facilidades con la atención gratuita y se produjo una mejoría en la notificación de casos.

A inicios de la década de los años 70 se crean los Policlínicos Comunitarios, lo que hace que ocurran reevaluaciones de los programas ya existentes. Ya a partir del año 1972 se produce una reestructuración del programa, creándose uno nuevo de control de sífilis, con un enfoque destinado fundamentalmente a la búsqueda de casos a través de la investigación epidemiológica, convirtiéndose esta última en el principal elemento de desarrollo del programa. En esta misma fecha se inicia el trabajo en policlínicos comunitarios y se efectúa el primer seminario para la formación de enfermeras entrevistadoras-encuestadoras. También en esta época ocurre la incorporación progresiva de la serología (Venereal Diseases Research Laboratory [VDRL]) para la determinación de sífilis.

Desde 1978 se inicia la formulación de planes para organizar un programa que permitiera medir el alcance de la Blenorragia (conocida por la población como Gonorrea), con el propósito de reducir su morbilidad; esto posibilitó la aparición del Programa Nacional para la Prevención de la Blenorragia en 1981, dando con ello cobertura a las dos principales Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) que afectaban a la población sexualmente activa hasta ese momento en Cuba, la Sífilis y la Blenorragia.


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