Importancia de la lactancia materna en el establecimiento del vinculo afectivo materno-filial
Autor: Dra. Liliana Serni G. | Publicado:  15/11/2011 | Psicologia , Pediatria y Neonatologia , Articulos | |
Importancia de la lactancia materna en el establecimiento del vinculo afectivo materno-filial .14

Para poder mantener el attachment, el individuo al mantenerse en la proximidad a otro de forma continua e ininterrumpida (Lactancia materna exclusiva por seis meses y más), que le provea alimentación, abrigo y protección claramente diferenciado y preferido, permite a todas estas conductas mediatizarse a través del sistema comportamental, acompañándose de intensas emociones que van surgiendo como parte integral de su formación, dando origen a su mantenimiento, ruptura o la renovación. Es precisamente la ruptura del vinculo materno-filial la que dio origen a las investigaciones que desarrolla la teoría de Attachment, en efecto las separaciones de la madre en los niños pequeños, comenzó ser estudiada en forma sistemática a partir de la Segunda Guerra Mundial, cuando no solamente Europa sino el mundo en general, vivía y sufría los efectos de la guerra, con el consecuente cuadro desolador de los campos de niños huérfanos y sin familia que se extendían en Inglaterra y el Continente. Las consecuencias de las separaciones tempranas, temporales o definitivas, sobre el desarrollo de la personalidad, se observan en corto plazo, a través de los cambios inmediatos de conducta que exhiben los niños en las llamadas Conductas Disruptivas, y luego a largo plazo a graves de las alteraciones emocionales que perturban definitivamente el funcionamiento de la personalidad de los adultos (Valdez, V, 1995:137)


2.3.1. Rol de las Separaciones Tempranas

Por sus efectos distorsionadores de los primeros vínculos, son un agente provocador de patologías psicológicas que deben ser tomadas en consideración. La conciencia que existía en la sociedad sobre los efectos de las separaciones tempranas para el futuro desarrollo del niño, ha ido incrementándose cada día más desde la Segunda Guerra Mundial, hasta nuestros días. Durante la década de 1940-1950, muchos investigadores como Freud (1971,1976); Burlinghan (1944); Roberstson (1958); Heinicke (1966), describieron las dificultades que se encontraban en la crianza de los niños separados de sus madres, y diseñaron investigaciones para estudiar el problema en forma sistemática. En esta misma época Spitz (1958), publica sus estudios sobre las características de los niños de pocos meses de abandonados por sus madres, criados en Instituciones sin ninguna figura materna, ni siquiera sustitutiva. En el año 1954 Bowlby publica los resultados de sus investigaciones en un informe para la OMS donde recomienda: “Es esencial para la salud mental que el bebe y el niño pequeño tengan una relación intima, cálida y continua con su madre en la que ambos encuentren alegría y satisfacción”. Se describe una secuencia de tres fase en la conducta de los niños entre 15 y 30 meses de edad, criados por sus madres en forma exclusiva, y que tuvieron que separarse de forma temporal y pasar un periodo en la Institución (Bowlby, J, 1969:175). Estas tres etapas son:

- Fase 1 de Protesta: Esta se inicia poco después de partir la madre y dura desde unas pocas horas hasta una semana aproximadamente. Durante esta fase el niño se encuentra ansioso, nervioso, llora intensa, larga y fuertemente, golpea y sacude su cuna, busca a su madre tiene expectativas de que vuelva pronto, pregunta por ella y se niega a recibir ayuda o consuelo de otras mujeres que se le acerquen, su conducta es de rechazo. Cuanto mejor es la relación con su madre, mayor es el grado de ansiedad que el niño muestra en esta etapa, la ausencia de la etapa de protesta es indicadora de una relación madre-hijo insatisfactoria, previa con la madre.

- Fase 2 de Desesperación: durante esta fase su excitación psicomotriz empieza a disminuir, llora con menos intensidad, en forma más monótona, se encuentra distante e inactivo y su conducta sugiere desesperanza, empieza a dudar de que su madre vaya a volver. Nada le interesa, no se conecta con el medio y se pasea de aquí allá sin rumbo alguno como sintiéndose profundamente deprimido.

- Fase 3 de desapego: en esta fase desaparece la excitación psicomotriz, el niño deje de llorar y empieza progresivamente a interesarse por el medio que lo rodea. Ya no rechaza a las personas desconocidas que están al cargo de él, acepta sus cuidados, comida, juguetes y a veces puede sonreír, se encuentra en definitiva más sociable. Pero cuando la madre viene a visitarlo por primera vez después del retiro, se encuentra con un niño cambiado, que parece haber perdido todo interés por ella, parece no reconocerla, se mantiene indiferente, apático y distante ante su madre. Sin embargo de vez en cuando se puede observar sollozos, ataques de agresividad, no desea compartir los juguetes con los otros niños y los esconde para que no se los quiten. Si su estadía es suficientemente prolongada, poco a poco puede llegar a perder el interés en las personas y prestar mayor atención a los objetos materiales como juguetes, caramelos, comida. No se observa más ansiedad frente a los desconocidos, idas y venidas de la madre, ya no hace más caprichos, no le tiene miedo a nadie ni le importa nadie.

Las reacciones de los niños muestran la influencia que la separación de la madre tiene sobre ellos y los mecanismos psicológicos defensivos involucrados que se ponen en marcha para sobrellevar la perdida. Es importante saber que si bien es cierto que estas tres fases se observan en todos los casos, la duración e intensidad de cada una de ellas varía según el ambiente en el que el niño transcurre su separación de la madre por una parte y por otra del vinculo previo a la separación que existía entre madre e hijo. Para el bebe es muy diferente si queda al cuidado de un pariente conocido y en su propia casa que si lo trasladan a un ambiente diferente con personas desconocidas. Es notorio el cambio psicológico que sufre el niño ante la separación de su madre, así como se encuentra afectado ante la llegada nuevamente de su madre, es por ello que se sucia un proceso de reconciliación con su madre después de la separación que le llevara un tiempo superar, y que dependerá de la duración de la separación y de las característica del vinculo materno-filial que previamente existía entre ambos (Robertson, 1970:235).

La fase desapego puede durar largo tiempo desde semanas a meses dependiendo en gran medida de la actitud de la madre y de su tolerancia a las demandas contradictorias de su hijo, y de su relación previa con él. Los efectos de la separación temporal pueden a veces pasar desapercibidos en el sentido que el niño no muestra conductas diferentes al momento del reencuentro con su madre pero ante cualquier situación de estrés el niño muestra conductas ambiguas, y mostrarse con gran intensidad a través de trastornos emocionales importantes en la adolescencia o edad adulta. Todos estos trastornos e presentan también pero en menor intensidad ante separaciones muy breves como por ejemplo asistir al jardín de infancia, de allí la recomendación de mantener el vinculo materno-filial a través de la lactancia materna exclusiva por seis meses y complementada con otros alimentos hasta los dos años o más - OMS/UNICEF (1995). De la misma forma se recomienda que los niños no ingresen al jardín de infancia antes de los tres años. (Ainsworth, 1982:265). Muchas de las Psicopatías que se observan en los niños como las conductas disruptivas, y en los adultos, está en intima relación con la problemática de la ruptura o bloqueos del vinculo Materno-Filial, donde el abandono no es solamente físico sino espiritual-socio-emocional, trayendo como consecuencias delincuencia, psicopatías, trastornos psicosomáticos, ataques de pánico, fobias, depresiones, etc., que cada vez ocupan mayor prevalencia en las consultas medicas y psiquiátricas a nivel mundial. Hoy día se le consideran a las psicopatías concebidas desde las vicisitudes del vínculo Materno-Filial desde la infancia hasta la edad adulta. Las psicopatías de miedo y ansiedad crónica son fieles representantes de estos trastornos del vínculo. (Garelli, 1983:368)

2.4. ESTRUCTURA DEL DESARROLLO PSICO-MOTOR-AFECTIVO EN NIÑOS DE 0 A 2 AÑOS DE EDAD.

De acuerdo a los trabajos de investigación de Lamar (2004), a través del movimiento exploran y experimentan con el mundo que rodea a los seres humanos con el fin de conocer los límites del cuerpo humano y el resto de sus capacidades. Éste conocimiento proporciona al individuo, autonomía y por lo tanto seguridad y autoestima. Es indispensable un buen conocimiento del entorno y del propio cuerpo para poder entender y realizar lo que se conoce como abstracción y representación, es decir, la capacidad de plasmar en un papel lo que se ve, se habla, se escucha y se siente. (El dibujo y la lecto-escritura). El desarrollo psicomotor está formado por una serie de aprendizajes que el niño realiza a través del movimiento

2.4.1 Desarrollo psicomotor y movimiento.

El movimiento humano no es solo el resultado de la contracción de algún músculo, sino que es un acto voluntario orientado a un fin determinado, con un objetivo, algo planificado e intencionado. Este objetivo está situado en el medio que rodea al individuo, así que la motivación del movimiento dependerá de los estímulos que proporcione el entorno. El ser humano se pone en movimiento para conseguir algo que le interesa de su alrededor, persona u objeto. Lo quieren y ponen en marcha los mecanismos necesarios para llegar hasta él. Las personas adultas saben de forma automática cuáles son estos mecanismos, (para levantarse de la silla tienen que estirar las rodillas y adelantar el cuerpo, para no caerse hacia atrás). Lo saben porque se han levantado muchas veces y lo han automatizado, es decir no tienen que pensar antes de hacerlo.

2.4.2. Importancia del cuando y como aprendemos, en el desarrollo psicomotor.

A lo largo de los primeros años de vida el niño aprende a través de la experimentación con su propio cuerpo y con su entorno. La primera vez que el bebé consigue realizar un movimiento es por casualidad. A partir de aquí se da cuenta de la posibilidad y lo vuelve a intentar, y lo repite infinidad de veces hasta que lo domina. Es decir, hasta que tiene grabado en su cerebro la forma de hacerlo y por lo tanto pasa a ser algo automático. Así aprenden los seres humanos absolutamente todo, a lo largo de su vida, a través de la práctica, incluso la misma forma la usan los adultos. Cuando se estimula y se ayuda al niño en su desarrollo psicomotor lo que se hace no es esperar a que intervenga el azar, sino que se le ayuda a descubrir sus posibilidades.

Un ejemplo de ello es cuando un bebé tiene un juguete al lado que no le llama la atención, es un sonajero. Puede ser que lo vea pero no le atraiga, no le interese, por casualidad le da un golpe y suena. Ahora sí que le interesa y lo intenta hacer sonar otra vez, a veces lo consigue y a veces no, lo hace sonar hasta que aprende como tiene que moverlo para obtener el sonido. La próxima vez que se le muestre el objeto lo hará sonar a la primera porque ya ha aprendido. Ha hecho un aprendizaje cognitivo-motriz. Si en vez de dejarlo a su lado se le enseña que suena para que se interese por él, tal vez ese golpe fortuito tarda en llegar. Todas aquellas personas que guarden un vínculo con el niño, bien sean sus padres o familiares, así como también maestros y amigos como parte del entorno, pueden influir en el desarrollo psicomotor del niño, ayudándole y favoreciendo que sea armónico y adecuado.


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