Importancia de la lactancia materna en el establecimiento del vinculo afectivo materno-filial
Autor: Dra. Liliana Serni G. | Publicado:  15/11/2011 | Psicologia , Pediatria y Neonatologia , Articulos | |
Importancia de la lactancia materna en el establecimiento del vinculo afectivo materno-filial .8

El selenio: se encuentra en mejores niveles en niños de tres meses de edad que se alimentan con leche materna exclusivamente (Picciano, M. 2001:316). Los niveles de selenio de la leche humana varían ligeramente en las áreas donde los suelos son deficientes en selenio. El Cromo, Manganeso, Aluminio: Los niveles de estos minerales pueden ser hasta unas 100 veces mayores en la leche de vaca. Se ha postulado que pequeñas cantidades tienen algunos efectos en el aprendizaje posterior y en el crecimiento de los huesos (Woodward, D, 1989:318)

El Plomo y Cadmio: La ingesta dietética de plomo es mucho menor en los niños amamantados, aún cuando el agua potable consumida por la madre exceda el estándar de la OMS de 0,1 mg/100ml.

Yodo: Puede encontrarse en pequeñas cantidades en la leche. El uso tópico de yoduros ej.: curaciones de la piel o mucosas de la madre) puede afectar la función tiroidea de los niños amamantados ya que el yodo se concentra en la leche. En general se puede decir que en los minerales y otros nutrientes hay muchas diferencias significativas entre la leche humana y las fórmulas. En la última década hay considerables avances en el conocimiento de las interacciones entre los minerales y su biodisponibilidad (OMS, 2002:85). Los niveles adecuados de estos elementos no se pueden medir sólo a partir del análisis de su composición. De la misma manera, no hay un indicador suficientemente sensible para evaluar los posibles resultados adversos debidos a carencias o excesos (Berhman, R, 1988:154)

En relación a otras sustancias, estudios recientes comprueban que la leche materna, además de ser una fuente nutritiva, ejerce un control sutil del metabolismo, desde la división celular hasta la conducta del niño, desde el desarrollo de las mamas y el mantenimiento de su función, hasta la protección inmunológica de las mismas. Una lista completa de las hormonas de la leche incluiría a las ya mencionadas: oxitocina, prolactina, esteroides suprarrenales y ováricos, prostaglandinas y otras como: GnRH (hormona liberadora de gonadotropina), GRF (factor de liberación de hormona del crecimiento), insulina, somatostatina, relaxina, calcitonina y neurotensina, que se encuentran en la leche en niveles mayores que los de la sangre materna y la TRA (hormona de liberación de la tirotropina), TSH (hormona tiroideo estimulante), tiroxina, triiodotironina y eritropoyetina, en niveles menores que los del suero materno. La liberación de hormonas puede estar influenciada por componentes de la leche como las betacaseomorfinas humanas, péptidos opioides que pueden afectar el sistema nervioso central neonatal.

Los Nucleótidos en la leche humana, están presentes nucleótidos, que afectan la absorción de las grasas y numerosos factores de crecimiento, entre los que se incluyen el factor de crecimiento epidérmico (EGF), el factor de crecimiento similar a la insulina (IGF I - II y III) y el factor de crecimiento de nervios (NGF) entre otros. Las múltiples enzimas de la leche materna tienen diversas funciones algunas reflejan los cambios fisiológicos que ocurren en las mamas; otras son importantes para el desarrollo neonatal (enzimas proteolíticas, peroxidasa, lisozima, xantino-oxidasa) y otras aumentan las enzimas digestivas propias del infante (alfa-amilasa y lipasa estimulada por sales biliares). Muchas de ellas se encuentran en concentraciones más altas en el calostro que en la leche madura. La lisozima es bacteriolítica contra bacterias Gram positivas y puede proteger contra algunos virus. Hay enzimas que tienen funciones inmunológicas directas y otras que pueden actuar en forma indirecta, promoviendo la maduración celular (Álvarez, J, 1989:67)

1.4. Elaboración celular de la leche

Para producir la leche, las células alveolares obtienen sus elementos por 2 mecanismos: por síntesis dentro de la célula misma o por transporte desde el plasma sanguíneo, cada célula secretora de la glándula mamaria funciona como una unidad completa, produciendo leche con todos sus constituyentes. La lactosa, se sintetiza en las paredes del aparato de Golgi de las células alveolares. La caseína es sintetizada a partir de los aminoácidos obtenidos del plasma sanguíneo y de otros sintetizados en la célula alveolar misma, utilizando carbono obtenido de los carbohidratos y de los ácidos grasos. Los ácidos grasos de la leche se obtienen por captación de triglicéridos y ácidos grasos libres desde el plasma (Ceriani,C 1999: 87)

1.4.1. Mecanismos de la secreción celular

Los constituyentes de la leche son entregados por la célula mamaria hacia el lumen alveolar por diversos mecanismos:

• Difusión: a través de la membrana de las células alveolares difunden hacia el lumen alveolar agua e iones monovalentes (Na+, K+, Cl-).

• Exocitosis: por este mecanismo son secretadas partículas de proteínas y ciertos carbohidratos, sin que la célula pierda partes propias. La membrana celular de la partícula de proteína, al tomar contacto con la membrana celular alveolar, se fusiona con ella y se abre dejando libre a la proteína que sale hacia el lumen alveolar.

• Secreción apocrina: por este mecanismo son secretados los glóbulos de grasa. En este proceso la célula alveolar pierde parte de su membrana y algo de citoplasma. La membrana celular envuelve al glóbulo de grasa en el momento que éste deja la célula, constituyéndose en su propia membrana.

• Pinocitosis: las inmunoglobulinas son transportadas por las células alveolares a través de un receptor transcelular. La inmunoglobulina A (IgA), que es la inmunoglobulina más abundante en la leche, es sintetizada por células plasmáticas presentes en la glándula mamaria.

• Vía paracelular: las células que se encuentran en la leche (macrófagos, neutrófilos, linfocitos B y T) son secretadas por esta vía, a través de soluciones de continuidad entre las células alveolares. El calostro contiene un abundante componente celular que mayoritariamente es aportado por esta vía (Ceriani, C, 1999: 92)

1.5. CUALIDADES INMUNOLÓGICAS DE LA LECHE MATERNA

La leche materna es de gran complejidad biológica. Además de proteger activamente es inmunomoduladora, es decir, no sólo transfiere una protección contra infecciones y alergias específicas, sino que también estimula el desarrollo del propio sistema inmune del lactante. Contiene además muchos componentes antiinflamatorios cuyo mecanismo de acción aún no se conoce la protección se observa mejor durante la vida temprana y continúa en proporción a la frecuencia y duración de la lactancia materna. El calostro y la leche madura tienen componentes anti infecciosos tanto humorales como celulares.

Componentes humorales: son las inmunoglobulinas IgA, IgM, IgG, lisozima y otras enzimas, lactoferrina, factor bífido, interferón, gangliósidos, prostaglandinas y otras sustancias inmunorreguladoras. La mayor parte de la inmunoglobulina A (IgA) es producida por el mecanismo bronco-entero-mamario como reacción a los gérmenes con los que la madre ha tenido contacto. En el tejido linfático adyacente al tubo digestivo y a la mucosa respiratoria materna se generan linfocitos que luego migran a la glándula mamaria aportando a la leche células inmunológicamente activas que secretan inmunoglobulinas específicas (IgA, IgA secretora) para proteger al niño de los gérmenes que lo rodean. La inmunoglobulina A (IgA) también es producida en la glándula mamaria (Spitz, R. 1958: 212)

La inmunoglobulina A (IgA) es resistente a las enzimas proteolíticas y al pH bajo. Hasta el 88% de la inmunoglobulina A (IgA) ingerida puede ser recuperada en las heces del lactante. Se cree que los anticuerpos de la inmunoglobulina A (IgA) aglutinan a las toxinas, a las bacterias y a los antígenos macromoleculares, impidiendo de ese modo su acceso al epitelio. La protección que el niño recibe a través de la leche materna es considerable, calculada por Kg de peso corporal, el niño amamantado en forma exclusiva recibe 0,5 g de IgA por día. En las 4-6 primeras semanas de vida el niño obtiene la inmunoglobulina A (IgA) de la leche materna. (Cloherty, J, 2009:134)

La leche humana también estimula la producción de la propia inmunoglobulina A (IgA) en las células plasmáticas subepiteliales del tracto intestinal del niño. Estos grupos celulares que se observan claramente al final de la gestación, en su mayoría se cierran cuando la lactancia está bien establecida y se abren nuevamente durante el destete y también frente a la presencia de mastitis.

La leche materna es de gran complejidad biológica. Además de proteger activamente es inmunomoduladora, es decir, no sólo transfiere una protección contra infecciones y alergias específicas, sino que también estimula el desarrollo del propio sistema inmune del lactante. Contiene además muchos componentes antiinflamatorios cuyo mecanismo de acción aún no se conoce. La protección se observa mejor durante la vida temprana y continúa en proporción a la frecuencia y duración de la lactancia materna. El calostro y la leche madura tienen componentes anti infecciosos tanto humorales como celulares. (Álvarez, J, 1989:123)

Los Componentes celulares: los leucocitos están en una concentración similar a la que se encuentran en la sangre periférica, pero con predominancia de macrófagos en vez de neutrófilos. (Lawrence, R, 2005:110). De la actividad de los elementos celulares de la leche se sabe todavía muy poco. Los macrófagos son los que están en mayor cantidad (80%), le siguen los linfocitos y luego los granulocitos neutrófilos. El mecanismo de acción es la fagocitosis y la secreción de algunas sustancias inmunológicas con cierta especificidad contra los gérmenes que la madre ha tenido contacto. Los macrófagos contienen a su vez inmunoglobulina A (IgA), lisozima y lactoferrina. La concentración de todos estos elementos es mayor en el calostro que en la leche madura, pero se compensa por el mayor volumen de leche, de manera que la cantidad total se mantiene relativamente constante durante toda la lactancia. (Lawrence, R. 2005:120)


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