Intervencion educativa en salud bucal
Autor: Dra. Magdevys Fernández Sosa | Publicado:  30/01/2012 | Odontologia y Estomatologia , Medicina Familiar y Atencion Primaria , Articulos | |
Intervencion educativa en salud bucal .6

Este es el punto de partida de todos los cambios dinámicos que se producen en el desarrollo durante el período de la edad. En este caso, la juventud como antesala de la adultez. El joven abocado a esta etapa de desarrollo se encuentra en una unidad de elementos personales y ambientales, posee vivencias y experimenta otras nuevas provenientes de sus relaciones con el mundo real, dinámico, del medio con el que interactúa y que se transforma constantemente como resultado del carácter cambiante de las relaciones sociales: económicas, laborales, organizacionales, familiares, etc. Estos cambios son percibidos por el sujeto, pero no inciden linealmente, y pueden entrar o no en contradicción con las representaciones existentes, ya aquí se van creando las condiciones para la aparición de la crisis. Se ha analizado el papel de las condiciones externas en la producción de las crisis, y se ha observado que la propia lógica interna del proceso de desarrollo es la que provoca la necesidad de muchos períodos críticos, de viraje y no la presencia o ausencia de condiciones específicas en el entorno. Eso habla de un proceso interno que debe alcanzar cierto nivel de desarrollo para generar la contradicción.

Después de esto es que puede ocurrir la reconstrucción o reestructuración en la subjetividad del joven y ocasionar movimientos en las relaciones y dependencias interfuncionales de la personalidad existentes. La esencia de toda crisis reside en la reestructuración de la vivencia interior, reestructuración que radica en el cambio del momento esencial que determina la relación, en este caso del joven con el medio, es decir, en el cambio del sentido, de sus necesidades y motivos que son los que determinan la relación.

Según Freud, “el adulto joven es aquel capaz de amar y trabajar". Según Erickson, “la adultez joven comprende la etapa del conflicto intimidad vs. aislamiento”. “La etapa del adulto joven comprende de los 19 a los 35 años”. Durante este tiempo se hacen elecciones muy importantes, como decidir qué carrera estudiar, con quién nos vamos a casar. Comienza una característica principal llamada intimidad, que es lo que nos hace profundizar nuestras relaciones con otros seres humanos, llámense amigos, hermanos, pareja, por lo que empezamos a preocuparnos por los demás tanto como de nosotros mismos. Si esto no ocurre durante esta etapa, estaremos hablando de una persona que se apartará de la sociedad y ya no será capaz de relacionarse con otras personas. Empezarán a preocuparnos los demás y dejaremos de ser egoístas y para lograrlo nos hace muy bien que la sociedad reconozca nuestros logros, eso nos motivará, a esto se le llama afirmación, y hace que nuestra vida tenga un por qué. Durante esta etapa, nos volveremos muy amigueros, ya que pocos son los amigos que perduran hasta la siguiente etapa (la madurez), por eso se nos hará importante conservar los que tengamos. Las relaciones humanas en esta etapa están basadas en honestidad y lealtad. Lo más importante de esta etapa es la total independencia, o sea, que ya no dependeremos ni moral ni económica ni de ninguna otra manera de nuestros padres y todo lo haremos y ganaremos con el sudor de nuestra frente”; claro está, con sus debidas responsabilidades, la característica principal es la intimidad frente al aislamiento.

El adulto joven que pasados los años se ha desarrollado socialmente encuentra dos eventos vitales hacia los cuales orienta todos sus esfuerzos, ellos son proveedores de vivencias. Estos son el trabajo y la familia y en algunas ocasiones no debemos excluir los grupos de amigos que en otras etapas del desarrollo han jugado y puede que aún sigan jugando un papel importante en su desarrollo personal. Cada uno de ellos, por su parte, a través de los sistemas de actividad y comunicación se desarrolla en esta etapa y ocupan un lugar mediador en las relaciones, eventos, que hacen más complejas las relaciones con su entorno. A través del trabajo, el individuo concientiza sus relaciones interpersonales: la calidad de la relación jefe-subordinado, compañeros de trabajo, compañeros de otros centros afines puede analizarse, profundizarse o ampliarse el círculo de amigos o empezar a reducirse como resultado de la concentración en los principales eventos vitales. También el individuo percibe los resultados de su labor, los valora positiva o negativamente y se reconoce en ello, con un nivel de realización o frustración, lo que puede provocar vivencias positivas o negativas, le lleve o no a tomar decisiones que antes no se atrevió a tomar, como proponerse nuevas metas laborales o profesionales, cambiar de trabajo, peritaje médico o jubilación.

Otro evento de suma importancia en esta edad es la familia. La familia de procedencia y la que se forma como producto de la unión consensual o matrimonio constituye fuentes de nuevas vivencias. La concientización de los lazos afectivos con los padres que envejecen, con la esposa o compañera de vida, con los hijos que crecen y muchas veces se convierten en confidentes o buenos amigos enriquecen la subjetividad del sujeto de esta edad, y le plantean nuevos retos. Nuevas experiencias, como el crecimiento y abandono de los hijos (nido vacío), divorcios, subestimación por la edad, muertes de padres o familiares queridos.

Cualquiera de las situaciones anteriores son proveedoras de vivencias en la esfera motivacional del sujeto, que pueden entrar en contradicción con las representaciones del sujeto. Es posible considerar otros eventos, como las relaciones con el vecindario, agrupaciones formales o informales a las que el individuo pertenece y en las que participa con frecuencia: organizaciones políticas, religiosas, científicas, profesionales, culturales, etc. pueden constituir importantes fuentes portadoras de nuevas vivencias. Otros eventos que pueden dejar huellas negativas en la subjetividad son los accidentes o traumas, guerras, cárceles, situaciones precarias (económicas) u otras.

Papel de los estomatólogos en la educación para la salud bucal

El profesional de Estomatología alcanza un rol esencial en la prevención y lucha contra los problemas de salud bucal. Debe actuar como educador de la salud entre las personas que se va a relacionar por su actividad laboral. Para enseñar hábitos de salud, la colaboración entre estomatólogos y familia debe ser muy estrecha. El estomatólogo fomentará la salud de la población y la aceptación de esta como un valor fundamental que se beneficia de hábitos de comportamiento positivo. Por otra parte, a través de la educación para la salud intentará inculcar actividades, conocimientos y hábitos positivos para el evitar las caries dentales en la población así como para la prevención de enfermedades periodontales. También debe responsabilizar a los padres de la salud de sus hijos como un bien por el que merece la pena velar.

El enfoque de la Estomatología desde un punto de vista predominantemente preventivo hace que la atención al hombre sea desde el momento que está libre de enfermedad. Es por ello que la filosofía preventiva expresa considerar al paciente como un ser biopsicosocial y no un juego de dientes, tratar de mantener la boca sana durante toda la vida, restaurar la salud tan rápida y perfectamente como sea posible y proveer al individuo la educación y la motivación necesaria para mantener su propia salud así como la de su familia y la de los miembros de su comunidad.

Las funciones del equipo estomatológico de salud que lleva a cabo la estrategia de intervención educativa son establecer una relación estrecha con el área de salud de la población que servirá de muestra, colaborar con la evaluación inicial de las habilidades sociales relacionadas directamente con el logro de conductas saludables en los pacientes, cooperar con la modificación y adaptación de la estrategia en función de las necesidades o carencias detectadas y de la edad de la población, proporcionar el material de apoyo necesario para el desarrollo de la estrategia, colaborar en la evaluación y seguimiento de los resultados obtenidos en su aplicación y prestar orientación y apoyo en la detección de problemas. (32)

La estrategia de intervención educativa en función de elevar el nivel de conocimiento sobre salud bucal

Para cubrir las expectativas de la sociedad actual se requiere elevar la calidad de la educación, un proceso del cual no puede excluirse el uso de estrategias educativas que más que un medio constituye un recurso sobre el que se sustentan las exigencias actuales. La estrategia educativa se define como un instrumento curricular donde se organizan acciones de enseñanza-aprendizaje, que permite orientar al docente en su práctica con respecto a los objetivos por lograr, las conductas que deben manifestar los pacientes, las actividades y contenidos por desarrollar así como las estrategias y recursos por emplear con este fin. Ellas pueden realizarse en diferentes materias, de formas muy diversas (a partir de cuestionarios, lo que facilita una información estructurada, mediante la simulación de fenómenos) y ofrecer un entorno de trabajo más o menos sensible a las circunstancias y más o menos rico en posibilidades de interacción. Pero todos comparten características esenciales, tales como que son materiales elaborados con una finalidad didáctica, como se desprende de la definición, son interactivas, contestan inmediatamente a las acciones de los participantes y permiten un diálogo y un intercambio de informaciones entre el profesional y los pacientes e individualizan el trabajo, ya que se adaptan al ritmo de cada uno y pueden adaptar sus actividades según las actuaciones de los pacientes.

Al analizar la estrategia como un proceso, es necesario precisar sus indicadores, las relaciones entre ellas y con el medio exterior, por lo que al concebir el sistema de tareas para desarrollar, mejorar y perfeccionar las habilidades que tiene el proceso educativo superior donde se ponen de manifiesto distintos componentes del proceso, su relación dialéctica entre sí, determinando la ley que establece su dinámica interna. Actualmente existe y se consolida un modelo de enseñanza en el que las estrategias educativas ocupan un lugar bien definido, para llevar a cabo estos se utilizan maquetas, modelos, carteles, fotos, láminas y pizarras que constituyen medios de enseñanza. En este sentido se conceptualizará qué es un medio de enseñanza. (73)

Rodríguez (2002) plantea: “El sistema de componentes materiales que apoyan y elevan la calidad del proceso docente-educativo”. Este autor en su libro registra el concepto de medio de enseñanza y da una definición acorde a la teoría de la formación por etapas de las acciones mentales que expresa: “Entendemos como medio de enseñanza a todo componente material del proceso docente educativo con el que los estudiantes realizan en el plano externo las acciones físicas específicas dirigidas a la apropiación de los conocimientos y habilidades”. Además, es recomendable recordar que los medios de enseñanza pueden ser clasificados según su naturaleza en objetos naturales e industriales, objetos impresos y estampados, medios sonoros y de proyección y en materiales para enseñanza programada y de control.

El uso de estrategias educativas permite agrupar una serie de factores presentes en otros medios, pero a la vez agregar otros hasta ahora inalcanzables (Rodríguez, 2002) (72): permite la interactividad con los estudiantes, que retroalimentan y evalúan lo aprendido, a través de ellos se puede demostrar el problema como tal, facilita las representaciones animadas, incide en el desarrollo de las habilidades a través de la ejercitación, permite simular procesos complejos y reduce el tiempo que se dispone para impartir gran cantidad de conocimientos, lo que facilita un trabajo diferenciado. En cualquier caso, son estrategias basadas en los planteamientos conductistas de la enseñanza que comparan las respuestas de los alumnos con los patrones que tienen como correctos, guían los aprendizajes de los estudiantes y facilitan la realización de prácticas más o menos rutinarias y su evaluación; en algunos casos una evaluación negativa genera una nueva serie de ejercicios de repaso. (74)


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