Teoria y clinica de las patologias generadas por el desamparo
Autor: Dr. José Cukier  | Publicado:  16/05/2012 | Otras Especialidades , Medicina Preventiva y Salud Publica , Medicina Familiar y Atencion Primaria , Articulos | |
Teoria y clinica de las patologias generadas por el desamparo .19

Esta concepción artificial tiene sus variaciones culturales, históricas, sociales e individuales. Es una época de síntesis y creatividad, con realizaciones sociales y personales, de producción científica, política, intelectual, industrial o militar; con puestos de poder, influencia y responsabilidad de decisión.

Suelen observarse un conjunto de rasgos que dan singularidad a ésta etapa.

Algunas manifestaciones clínicas más comunes y su justificación.

- Modificaciones del dormir. La fisiología, la clínica y la gerontología, más las descripciones subjetivas de pacientes, señalan una lenta disminución de la cantidad de horas de dormir a medida que avanza la edad.
Puede mantenerse la duración a expensas de la profundidad, Auffret, M (1960); Clement y Bourliere. F, (1960). Como hay una cierta fractura en el poder de la pulsión genital de subsumir a las demás, la pulsión parcial, va cobrando autonomía y eficacia. Al no ser suficientemente procesada se convierte en intrusiva e intoxicante.
Las pulsiones parciales, débilmente sintetizadas, quedan prestas a recobrar autonomía por razones económicas. La pulsión parcial autónoma, adquiere carácter tóxico y puede aparecer proyectada en la exterioridad, volviendo como objeto amenazante. Ante éste el yo se encuentra inerme y para defenderse debe permanecer despierto, con violencia muda e impotente.

Como la pulsión es activa para el psiquismo y este es pasivo, emerge del desvalimiento gracias a una actividad perceptiva respecto del mundo, en la que participa un segmento motriz, (1950a [1887- 1902]). Así estamos en presencia del insomnio. Freud, (1937c) dice que en la mujer cerca de la menopausia, y en el hombre desde mi punto de vista también, el domeñamiento de las pulsiones fracasa, y se llega a refuerzos pulsionales en virtud de "[...] influjos colaterales recíprocos de las pulsiones, y que es incontrastable el poder del factor cuantitativo en la causación de la enfermedad [...]", p.229.

Debo destacar, una natural, normal y sana disminución del dormir ligada a una menor necesidad de reajustar los "relojes biológicos" porque hay mejores transacciones en la triple servidumbre del yo. Esto último se desprende de lo dicho en "Más allá...", (op.cit.), donde recuerda que en épocas de mayor madurez, el imperio del principio del placer está mucho más asegurado. Asimismo, el dormir puede ligarse a la muerte. Freud, (1928b), decía que Dostoievski solía dejar notitas diciendo que temía dormirse de noche y caer en un estado de muerte aparente.

Al penetrar en los niveles profundos del dormir, se pierde el sentimiento de individualidad y con ello el yo tiene sensación de peligro, el que es experimentado como anticipación de la muerte. "[...] Sin embargo Eros, permite el estado de reposo, transformando el impulso de reposo en deseo placentero de dormir, y ofrece como premio, el retorno al vientre materno, [...]". L. G. Alvarez de Toledo, (1951, p. 153).

Con el insomnio queda interferido el proceso normal de desintoxicación que produce el dormir. La intoxicación devenida, crea tensión vital pero a través de un síntoma, sustituyendo la vitalidad de los procesos pulsionales por estímulos dolorosos tensionantes que vienen del mundo. Tensión que es una manera de defenderse del principio de inercia.

- La modificación subjetiva del pasaje del tiempo. "[...] El tiempo es la sustancia de la que estoy hecho. El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego [...]". Jorge Luis Borges. "Nueva refutación del tiempo".

En el envejecimiento la perspectiva del tiempo comienza a ser tomada más en función de lo que falta por vivir, que el que ha transcurrido desde el nacimiento. Surge la conciencia de la finitud, marcada por el crecimiento de los hijos y la muerte de los padres. ¿Porque la sensación subjetiva de que el tiempo de vida pasa más rápido? y contrariamente el tiempo cotidiano parece lento con sentimientos de aceleración e impaciencia.
Intentaré dar respuesta metapsicológica a estos interrogantes.

a) La caída de la energía de reservas, es autopercibida y proyectada en el tiempo vital, y en consecuencia hay "menos tiempo por delante para vivir". Proyectada en el tiempo cotidiano surge el sentimiento de la falta de tiempo diario.

b) La disminución de Eros, conlleva la menor capacidad de ligar la pulsión, Thanatos cobra preeminencia con aceleración de la descarga inmediata. La urgencia de descarga proyectada en el tiempo genera la sensación de que "el tiempo pasa más rápido", y en el tiempo diario surge la sensación de que "se me voló el día."

c) La caída de la pulsión genital, se liga a la caída del placer que se articula con los ritmos, Freud, (1905d). La aceleración de los ritmos, produce el acortamiento de los ciclos, y la disminución del espacio temporal entre éstos, proyectado en el tiempo potencia el sentimiento de que el "tiempo pasa más rápido". La aceleración se vincula con la menor posibilidad de sostener una erogeneidad sin descarga.

d) La autopercepción de la aceleración, crea la sensación relativa de que las cosas pasan más lentamente en relación al tiempo propio, con sentimientos de impaciencia.

e) Con la caída de Eros, y la menor capacidad de ligar la pulsión, ésta se acumula y hay intoxicación la cual estimula la descarga, que potencia la ya producida por la pérdida del ritmo.

f) Las pulsiones sexuales son las que menos urgencia tienen para descargarse, ésta falta de urgencia es la mejor resistencia a la pulsión de muerte. La pulsión de autoconservación, tiene urgencia de descarga y esto determina la menor resistencia a la pulsión de de muerte.

- Creatividad y rasgos de carácter. En la tercera posibilidad de organización que describe Freud, (1940a), agrega que las investiduras libidinales "[...] experimentan una aplicación diversa dentro del yo, forman rasgos de carácter, padecen sublimaciones con desplazamiento de meta [...]", p.153, (my italics). Así nos encontramos en el capítulo vinculado con la aparición de los hobbies, o de otros intereses que fueron desarrollados anteriormente durante la vida, y que van cobrando valor diferente según el punto de fijación de que se trate.

En cuanto a los rasgos de carácter, solo diré que los conflictos con la propia erogeneidad y con un superyó sádico pueden culminar en una creciente caracteropatización. Decía Freud, que se suele atribuir a los seres deformes o contrahechos, un sentimiento de envidia por la diferencia irreversible con los demás. La captación de una diferencia insoportable, que comienza a insinuarse en éste período, imposible de neutralizar por la desmentida, puede devenir en rasgos conflictivos de carácter e identificación con objetos decepcionantes. "A esta altura de mi vida, soy así y que me aguanten", expresión habitual que pretende evitar el desarrollo del sentimiento de envidia nivelando por lo bajo. El rasgo de carácter patológico se vuelve hegemónico y para sostenerse se puede apelar a algún tipo de poder económico, político o cognitivo que permite imponer el criterio. Se instala la lucha por el poder y la herencia con los más jóvenes.

Decía Séneca "nulli ad aliena respiciente sua placent" (quien mira demasiado las cosas ajenas no goza de las propias). Esto viene al caso porque nuevos rasgos positivos suelen hacerse presentes en ésta época; mayor capacidad de introspección, serenidad y profundidad en el pensamiento, cierto desapego de los objetos materiales (otras veces su inversa como es la avaricia), mayor valorización de los afectos, búsqueda y reencuentro de antiguos vínculos, sentimientos religiosos y de solidaridad.

- Sentimiento de sí y de inferioridad. El sentimiento de inferioridad es la inversa del sentimiento de sí; como respuesta a la inermidad yoica que produce la herida narcisista, Freud, (1917e). Deviene de la captación de la pérdida de recursos internos y el fracaso de las conductas sobrecompensatorias para desmentir la caída de tales recursos, (como por ejemplo la sobrecarga laboral, deportiva, status, recompensas, honores). Estas son un intento de restituir imaginariamente, una imagen de si identificada con el ideal para salvaguardar la autoestima. El ideal del yo, promueve en el yo sentimientos displacenteros (de inferioridad), en cuanto que está ubicado como negativo del yo ideal. No hay posibilidades intermedias. Para ello es necesario un funcionamiento esquizoide (lógica de las posiciones y la parte por el todo). La misma crea un estado de tensión narcisista, que opera como señal ante el peligro de colapso.

La búsqueda de recursos externos al sujeto, para sostener una imagen inferior dominante, sustituye lo que debe generarse internamente. En consecuencia la posición es de un equilibrio precario y de dependencia extrema. Este es el momento en que, ambición mediante y para neutralizar el sentimiento de inermidad, pueden cambiarse las metas por otras con las alternativas siguientes: l) abandono de una meta genuina previa por una genuina actual; 2) abandono de una meta genuina previa por una no genuina actual; 3) abandono de una meta no genuina previa por una no genuina actual; 4) abandono de una meta no genuina previa por una genuina; 5) formas mixtas. Pueden despertarse también capacidades postergadas y esta posibilidad plantear la alternativa entre lo que es y no es genuino. Al perder la pulsión genital su hegemonía, las pulsiones parciales recobran autonomía, que al ser tramitadas devienen en ideales que motorizan las disposiciones postergadas.

Puede ser que no haya replanteo, o que el mismo quede solo como tal. La autoestima se mantiene en proporciones variadas desde el interior o desde el mundo. Pero el entusiasmo, proviene solo de lo interno y de cuánto hay de creativo o de identificatorio en el acto de trabajar. En el extremo patológico, surgen las adicciones como estimulantes engañosos y los tratamientos para "rejuvenecer". "[...] Cuando acaba de renunciar a todo lo perdido [...] nuestra libido queda de nuevo libre para si, todavía somos jóvenes y capaces de vida, sustituimos los objetos perdidos por otros nuevos [...]". Freud, (1916a), p. 311, a los 60 años.
Jóvenes, se refiere Freud a la actividad mental creativa.

Esta deviene de la serenidad y la capacidad para ver la belleza presente y futura; y que necesita ser constantemente reconquistada en la incesante lucha por la vida.


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