Intervencion educativa en salud bucal
Autor: Dra. Magdevys Fernández Sosa | Publicado:  30/01/2012 | Odontologia y Estomatologia , Medicina Familiar y Atencion Primaria , Articulos | |
Intervencion educativa en salud bucal .1

Intervención educativa en salud bucal. Consejo Popular “Las Nubes” Cruces. 2008-2009.

Dra. Magdevys Fernández Sosa. Especialista de Primer Grado en Estomatología General Integral. Facultad de Ciencias Médicas “Dr. Raúl Dórticos Torrado”. Cienfuegos. Cuba.

Dr. José López Díaz. Especialista de Primer Grado en Estomatología General Integral. Facultad de Ciencias Médicas “Dr. Raúl Dórticos Torrado”. Cienfuegos. Cuba.

Dra. María de los Ángeles Delgado Verdecía. Especialista de Primer Grado en Prótesis Estomatológica. Instructora en la Sede Universitaria Policlínico área 4. Facultad de Ciencias Médicas “Dr. Raúl Dórticos Torrado”. Cienfuegos. Cuba.

MSc. Dra. Ana Ibis Betancourt García. Máster en Urgencias Estomatológicas. Especialista de Primer Grado en Estomatología General Integral. Instructora en la Sede Universitaria Clínica de Especialidades Estomatológicas. Facultad de Ciencias Médicas “Dr. Raúl Dórticos Torrado”. Cienfuegos. Cuba.

Resumen

Se realizó la intervención educativa “Para una sonrisa más amplia” con el objetivo de incrementar conocimientos y mejorar comportamientos sobre salud bucal en 44 pacientes de 19 a 34 años residentes en el Consejo Popular “Las Nubes” del Municipio Cruces, provincia Cienfuegos, en el período de enero de 2008 a junio de 2009. La información se obtuvo mediante la aplicación de 2 instrumentos: un formulario de datos para diagnosticar y evaluar el estado periodontal al inicio y al final de la intervención y una encuesta que sirvió para valorar los conocimientos que poseían antes y después de la acción educativa.

Se desarrolló un programa de actividades con técnicas participativas que posibilitaron a los participantes ampliar sus conocimientos y cumplir las orientaciones emitidas sobre los temas tratados. Se utilizó el porcentaje como medida de resumen para variables cualitativas así como se empleó la técnica de McNemar para obtener la significación de los cambios con un error permisible de 0,01. Como resultado se encontró que con la labor realizada se lograron transformaciones positivas del nivel de conocimiento y el estado de salud periodontal al mismo tiempo que mejoró notablemente la higiene bucal, por lo que se reafirmó con estos resultados la efectividad de esta intervención.

CAPÍTULO I. Introducción

La salud bucodental es un constituyente inseparable e importante de la salud general, ya que las enfermedades bucodentales afectan a la salud general del individuo y tienen consecuencias fisiológicas aun más complejas porque pueden llegar a menoscabar la nutrición, las relaciones interpersonales y la salud mental.

Los determinantes y condicionantes de la salud forman parte del sistema, referidos a las condiciones de vida y a factores biológicos, su identificación y multicausalidad de la salud y enfermedad. El conocimiento del estado de salud bucal de una población proporciona una base sólida para estimar las necesidades actuales y futuras de asistencia estomatológica e intervenciones educativas. (1,2)

En la historia moderna de la salud pública se han descrito en los países actualmente desarrollados dos etapas claramente diferenciadas: en la primera de ellas (mediados del siglo XIX y principios del XX), los problemas de salud predominantes eran enfermedades infecciosas (tuberculosis, infecciones respiratorias agudas, paludismo, enfermedades diarreicas agudas, fiebre tifoidea, enfermedad propia de la infancia y otras); mientras que en la segunda etapa (época actual) la morbilidad y mortalidad predominante la constituyen las enfermedades crónicas no transmisibles (cardiovasculares, cáncer, enfermedad obstructiva crónica, diabetes mellitus, caries dental, enfermedad periodontal y los accidentes). En esta etapa, denominada también la segunda revolución epidemiológica, la educación sanitaria ha pasado a ocupar un lugar central en la estrategia de salud pública, ya que la prevención y control de estas enfermedades crónicas dependen en gran medida de esta. (3)

Las enfermedades del complejo bucal han existido a lo largo de toda la historia en todos los lugares y son especialmente frecuentes en la actualidad (4), la enfermedad periodontal constituye una entidad distribuida universalmente, lo que han evidenciado numerosas encuestas epidemiológicas realizadas en diversos países. Es de las más extendidas entre todas las enfermedades que el hombre ha padecido desde tiempos prehistóricos (3). En la actualidad, las periodontopatías constituyen un verdadero problema de salud pública, pues son causa de morbilidad y mortalidad dentaria, y aunque se conocen los medios de prevenirlas, en muchas ocasiones no se aplican correctamente. (5,6)

Un comité de expertos de higiene dental de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha afirmado que "las enfermedades periodontales figuran entre las más comunes del género humano" y que "no hay en el mundo país ni territorio que esté libre de ellas" (6). Según estos estudios, las periodontopatías tienen el triste honor de ocupar el segundo lugar en los problemas de salud bucal mundial. Comienzan a aparecer a los 20 años con una prevalencia de un 13 a un 15%, aumentan con la edad aproximadamente al 60% entre los 30 y 35 años y a partir de los 50 años alrededor de un 80% de la población puede padecer periodontitis. (7,8)

La enfermedad periodontal ha sido definida como la respuesta biológica del huésped susceptible a la presencia persistente de agrupaciones bacterianas (9). Los tejidos blandos y duros que rodean a las piezas dentarias conocidas como periodonto conforman un aparato de sostén y protección que contribuyen al equilibrio dentro del sistema estomatognático. Las encías, el ligamento periodontal y el cemento dentario así como el hueso alveolar alrededor de las piezas dentarias están íntimamente relacionados entre sí desde el punto de vista funcional, es por ello que cualquier actividad patogénica realizada sobre alguno de estos tejidos repercute necesariamente sobre el otro dependiendo de diversos factores como pueden ser: el tiempo, la susceptibilidad del hospedero y la patogenicidad de las bacterias comprometidas en alguna infección (10-14). Recientemente, se ha comprobado que existen ciertos factores de riesgo predisponentes a una mayor prevalencia de enfermedades periodontales (8,15). Aun en la actualidad se mantiene la histórica controversia sobre la relativa importancia de las bacterias, los factores locales que facilitan su multiplicación y las influencias sistemáticas en la etiología de la enfermedad periodontal. (16,17)

En su etiología intervienen factores irritativos locales, como la placa dentobacteriana, tártaro y la caries dental (18). El empleo de diversos índices ha permitido correlacionar en numerosos grupos de población las principales enfermedades bucales: caries, periodontopatías y maloclusiones, con diversos factores de riesgo, indudablemente relacionados entre sí (19). Son innumerables los investigadores que coinciden y relacionan los microorganismos de la placa y la influencia de estos como desencadenantes de caries y periodontopatías (20). La presencia de caries dental se considera un factor de riesgo que contribuye a la retención de la placa dentobacteriana y a que aparezcan procesos periodontales inmunoinflamatorios crónicos. (21)

La caries dental está ampliamente extendida en el mundo. Su incremento se ha asociado al desarrollo social y a las variaciones en los hábitos dietéticos de las poblaciones, no obstante, en estudios realizados en los últimos años se ha logrado declinar su prevalencia, fundamentalmente en la población menor de 18 años, al aplicar estrategias preventivas. Sin embargo, aún existen países, pueblos e individuos con alta prevalencia. Un número importante de menores de 18 años están afectados, lo que demuestra que la caries dental continúa siendo un problema de salud (22). Investigaciones en diferentes países demuestran una alta prevalencia asociada a experiencia previa, patrones dietéticos inadecuados, higiene bucal, educación de los padres, patrón de visita al estomatólogo y nivel socioeconómico se consideran fuertes indicadores de riesgo.

En Cuba, la prevalencia de caries en la temprana infancia está por debajo del 50%, según Encuesta Nacional de Estomatología (1998). El promedio de niños sanos de 5 a 6 años es de un 55%, lo que nos indica que es menor en las edades que le anteceden, aunque constituye aún un problema de salud bucal (23). Actualmente se estudia la forma de anticiparse a la aparición de esta enfermedad mediante la determinación de factores que intervienen en la actividad cariogénica y así poder seleccionar aquellos niños con riesgo a enfermar. El nivel de riesgo biosocioambiental a caries se asocia a la prevalencia de esta enfermedad.

La caries dental suele comenzar en edades tempranas y tiene gran repercusión, incluso puede tener implicaciones sistémicas que pudieran afectar el crecimiento y desarrollo adecuado del niño y su psiquis, por lo que es necesario contar con métodos efectivos que nos permitan determinar el grado de riesgo, dirigir nuestro esfuerzo principal a reducir su incidencia y prevalencia con el incremento de acciones de promoción y prevención, unido a un diagnóstico precoz y aun más, actuar con enfoque preventivo de riesgo para garantizar así un tratamiento adecuado o la máxima aspiración: evitar la aparición de la enfermedad. (24)

La prevención en la atención primaria es uno de los principios fundamentales de la Estomatología en Cuba. Esta se realiza a niños de instituciones infantiles, escuelas primarias y secundarias no solo para prevenir caries, sino también para eliminar los factores de riesgo que afectan el desarrollo normal del complejo dentomaxilofacial y detectar tempranamente anomalías (25). En todas las unidades del Sistema Nacional de Salud cubano se realizan acciones de educación para la salud, las cuales carecen de sistematicidad y de otros requisitos de calidad, lo que no garantiza el objetivo de estas que no es solo presentar los hechos para llenar un vacío de información, sino exponerlos, de tal forma que las personas modifiquen sus actitudes e influenciar de esa manera sobre su calidad de vida. (26)

La educación es un proceso natural y continuo en los seres humanos que se inicia desde el momento que nacemos. La educación para la salud tiene por finalidad inculcar actitudes, conocimientos y hábitos positivos de salud que favorezcan su crecimiento y desarrollo, el fomento de la salud y la prevención de las enfermedades evitables. Además, debe intentar responsabilizarlo de su propia salud y prepararlo para que al incorporarse a la comunidad general adopte un régimen o estilo de vida lo más sano posible que favorezca la consecución de la salud positiva. (5, 26,27)


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