Calidad de la atencion al paciente con Sindrome Coronario Agudo
Autor: Dr. Leandro Guzmán Domínguez | Publicado:  25/05/2010 | Cardiologia , Cuidados Intensivos y Cuidados Criticos | |
Calidad de la atencion al paciente con Sindrome Coronario Agudo .3

OBJETIVOS

General.

Evaluar la calidad de la atención al paciente con Síndrome Coronario Agudo perteneciente al Policlínico” Universitario Hermanos Martínez Tamayo”. Baracoa. 2008.

Específicos.

1. Caracterizar al universo de estudio según edad, sexo, factores de riesgo coronarios y clasificación del síndrome.
2. Evaluar el comportamiento de algunos aspectos de la estructura y proceso de atención a estos pacientes.
3. Determinar el estado de salud de los pacientes en el momento de la remisión y la satisfacción de estos o sus familiares con relación al estado de salud alcanzado.

CAPITULO I. MARCO TEÓRICO

Generalidades.

El desarrollo que ha experimentado la salud pública en Cuba es expresión del desarrollo económico social alcanzado y de la alta prioridad que la revolución y nuestro pueblo, le han otorgado a la salud y el bienestar del hombre.

En casi medio siglo de existencia, se han ido acumulando logros en el mejoramiento del estado de salud de la población, comparable al de los países de alto nivel de desarrollo económico social, con una distribución justa y equitativa tendente a borrar las diferencias, entre regiones y grupos humanos heredada del capitalismo. Se ha creado un impresionante capital humano dotado del mayor nivel científico técnico, de un enfoque y una práctica integral, social y humana de la medicina así como de alto valores de solidaridad y entrega desinteresada al trabajo por la salud.

Está conformada una extensa red de servicios dotados de alta tecnología y capacidad resolutiva, con elevada cobertura y accesibilidad para nuestro pueblo, que constituye un ejemplo, a escala internacional, de un sistema nacional de salud. A partir de estas fortalezas acumuladas, nuestro país avanza en nuevo momento de desarrollo político, económico y social. La batalla de ideas, el despegue económico ya iniciado, las nuevas relaciones comerciales creadas y la lucha contra la corrupción y el delito, han permitido impulsar lo nuevos programas de la revolución, que además de fortalecer las bases política e ideológica de nuestra sociedad, introducen importantes beneficios económico y sociales para nuestro pueblo entre lo que se encuentran los relacionados con la salud y calidad de vida de sus ciudadanos.

El sistema nacional de salud, sus cuadros de dirección y todos los trabajadores que lo integran, están conscientes de este nuevo compromiso que se ha adquirido con la revolución y su pueblo. Es obligatorio el perfeccionamiento de la estrategia del desarrollo de la salud pública para que contribuya alcanzar los hermosos propósitos que persigue la revolución.

La experiencia acumulada, las actuales condiciones de salud, el capital humano creado, el nivel de desarrollo alcanzado por el sistema nacional de salud y los escenarios político, económico y sociales permite trabajar sobre bases objetivas y científica a diseñar estrategias de salud a largo plazo y con un enfoque de riesgo que permita proyectar un mejoramiento del estado de salud de la población para el año 2015 (10).

Propósitos para el año 2015:

Reducir un 25% la mortalidad por enfermedades cerebrovasculares. De un 46.5% en el año 2006, reducir un 12% en el 2010 para una tasa de 41 por cada 1000 habitantes, hasta un 25% en el año 2015 para una reducción de la tasa a un 34.9% por cada 1000 habitantes.

Reducir en 30% la tasa de mortalidad por enfermedades coronarias. De un 44.6% en el año 2006, reducir el 15% en el 2010 para un 38% y hasta un 30% en el 2015 para una tasa de 31.2 por cada 1000 habitantes.

Síndrome Coronario Agudo.

Reseña histórica del síndrome coronario agudo

Desde la más remota edad el hombre se trató de conseguir la curación de sus enfermedades; existe, pues, medicina desde el primer momento de la existencia de la especie. Se tiene conocimiento de esta medicina primitiva a través del estudio de la llamada paleopatología (análisis de restos humanos muy antiguos con alteraciones no naturales), de las inculturas y pinturas conservadas en cuevas, de los elementos encontrados en excavaciones como instrumentos caseros y quirúrgicos, y de las prácticas actuales de pueblos primitivos. (11, 12)

Hipócrates (406-370 A.C.) fue sin duda uno de los más grandes médicos de la antigüedad. Su principal influencia fue en la realización de una detallada exploración clínica y un sentido común extraordinario a la hora de establecer sus tratamientos. Su criterio sobre ética profesional aún perdura, principalmente, su famoso «juramento». Estableció no sólo el correcto comportamiento con los enfermos, sino también las relaciones entre los médicos. Desde el punto de vista de la circulación, enunció la existencia del pneuma para poder explicar cómo la sangre venosa muy oscura se tornaba de un color rojo brillante en las arterias. El pneuma, según su criterio, no era más que la mezcla del aire inspirado con la sangre (11, 12, 13,14)

Otro de los grandes hombres de la antigüedad, poseedor de una formación filosófica profunda que abarcaba la totalidad de los conocimientos de la época, fue Aristóteles (384-322 A.C.), perteneciente al grupo que se ha dado en llamar «los filósofos científicos». Fue discípulo de Platón, observó por vez primera la diferencia entre venas y arterias. Consideró que el corazón era el centro de toda la actividad humana y de las sensaciones (11).

Durante el siglo XVI, el Renacimiento, se redescubre a los clásicos griegos y romanos y el interés humanístico se desarrolla con rapidez y en extensión. El arte, en todas sus manifestaciones, se presenta pujante. La medicina y, sobre todo, la anatomía, se desarrollan de forma extraordinaria. Leonardo da Vinci (1452-1519), auténtico genio y prototipo del hombre del Renacimiento también se interesó por la anatomía. En sus dibujos, aparte de las válvulas cardíacas, vasos abdominales y un largo etcétera, legó una magnífica descripción de las arterias coronarias (11).

Miguel Servet (1511-1553), descubre la circulación pulmonar lo cual motivó su condena a la hoguera, como hereje, en dos ocasiones. Posteriormente, se ha sabido que un médico de Damasco, Ibn al Nafis (1210-1280), publicó, incluso con un dibujo esquemático, la circulación del circuito menor, casi trescientos años antes que Servet. Este descubrimiento eliminó las teorías de los poros del tabique interventricular, que nadie vio, pero en los que todos creyeron durante siglos, así como el efecto vivificador del corazón (12).

El siglo XVII trajo la era de la revolución científica, quizás el cambio de orientación más importante en la historia de la ciencia. Los estudiosos empiezan a preguntarse cómo ocurren las cosas. El "nuevo método", una actitud nueva ante la ciencia, consistía en investigar la naturaleza con los propios sentidos y expresar las observaciones científicas en un lenguaje matemático exacto. La importancia del razonamiento especulativo cedía terreno ante la experimentación y el método hipotético-deductivo, científico por excelencia (12).


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