Cancer Cervicouterino. Comportamiento de Algunos Factores Clinico–Epidemiologicos en un Area de Salud
Autor: Dra. María Isabel Duran Cala | Publicado:  10/09/2010 | Ginecologia y Obstetricia , Oncologia | |
Cancer Cervicouterino. Factores Clínico–Epidemiologicos en un Area de Salud .3

El diagnóstico de dichas lesiones preneoplásicas de carcinoma cervical tomó nuevo ímpetu con la introducción de nuevos hallazgos citológicos por George N. Papanicolaou y Hebert Traut, en 1940. En 1941 publicaron sus resultados sobre la importancia de la citología cervical, utilizando una técnica de recolección que después fue perfeccionada por Ayre en 1949, con el uso de una espátula de madera) y después por Wied en 1959 (con la técnica de triple muestra cervicovaginal).

La clasificación numérica utilizada por Papanicolaou para identificar hallazgos sobre la evolución del cáncer uterino, permitió a profesionales de distintas especialidades poder practicar la citología y se convirtió en el factor que impulsaría la difusión del método en la década de los cincuenta.

Posteriormente Reagan en 1953, consagró el término displasia ya introducido por Papanicolaou, para denominar las anomalías epiteliales menos severas que el CIS y las clasificó según el grado de compromiso de la capa epitelial por las células atípicas en tres categorías: leve, moderada y grave. 17-19

Richart y Barron en 1968, propusieron una nueva terminología de las lesiones precursoras con el término de neoplasia intraepitelial cervical (NIC o CIN) para englobar todas estas lesiones con una capacidad de progresión hasta la enfermedad invasora.

Antes estas investigaciones, la citología comenzó pronto a utilizarse como medio de detección precoz del cáncer cervical en grandes poblaciones lo que determinó un aumento notable del diagnóstico de los cánceres invasores en sus estadios iniciales.

En la segunda mitad de los años 70, hubo un nuevo conocimiento sobre la descripción de los efectos del virus del papiloma humano (HPV) por Meisels y Cols 1976 y 1977. Todo ello llevó en 1988 a la denominada clasificación de Bethesda, en que el término Alto Grado incluye el NIC ll y NIC lll de la clasificación de Richard; y el término bajo grado incluye el NIC l y las alteraciones celulares producidas por el virus del papiloma humano (HPV). No obstante, esta clasificación fue modificada en fue en 1991 (Kurgan 1991 y actualizada en el 2001).

Hasta el momento el interés por investigar los problemas de lesiones intraepiteliales y cáncer invasivo sigue teniendo un impacto muy grande en el mundo. Actualmente el problema que se plantea es la educación de las poblaciones y la ejecución de programas para la detección precoz del cáncer cérvico uterino, particularmente en países en vías de desarrollo donde los recursos socioeconómicos son todavía escasos y limitados.

Los avances obtenidos en las dos últimas décadas en la bioquímica, la biología molecular y celular permitirán importantes progresos en la comprensión de los mecanismos involucrados en el desarrollo y progresión del cáncer. 19-21

1. 2 Epidemiología

1. 2. 1 Incidencia.

La incidencia de cáncer de cérvix invasor ha disminuido notoriamente en los países en los que se ha realizado detección masiva, mediante citología, en toda la población femenina con riesgo de padecer de esta enfermedad. 22

Datos recientes indican que cada año se diagnostican cerca de 500.000 casos nuevos en el mundo (lo que representa el 15% de todos los cánceres de la mujer); el 80% se registran en países en desarrollo.

Expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han delineado un panorama preocupante: la incidencia mundial del cáncer podría aumentar un 50% en las próximas dos décadas. Si los pronósticos del Informe Mundial del Cáncer se cumplen, en el año 2020 serán diagnosticados 15 millones de nuevos casos.

Cuba, país tercermundista no es la excepción pues cada año 1 de cada 5 personas muere por esta malignopatía, sin embargo ha descendido de manera importante en las últimas décadas. Actualmente exhibe una incidencia muy baja en relación a otros países. Conforme se ilustra en la tabla 1 la tasa de incidencia de cáncer cérvico uterino en diversos países de América Latina, durante el período 2002 – 2004, Cuba es uno de los países con tasas de incidencia más bajas, donde el mayor porciento de casos positivos detectados por el programa corresponden a la etapa clínica 0, (88,3%) en 10 de los 15 territorios del país, destacándose provincias como Camagüey, Santi Spíritus, Cienfuegos, etc. 23.

1. 2. 2. Distribución por edades

La incidencia de cáncer cervical invasivo es mayor a medida que aumenta la edad de la mujer desde los 35 años, con pico máximo entre los 50 y 60 años. Las lesiones intraepiteliales aparecen antes, de manera que el carcinoma in situ alcanza su máxima incidencia entre los 25 y 30 años. Sin embargo en los países en desarrollo donde los programas de cribado son insuficientes y con escasos recursos humanos y materiales, han tenido casos de cáncer invasor con edad inferior a 30 años. 23,24

Algunos estudios han demostrado diferencias regionales en cuanto a la edad en que existe un mayor riesgo de desarrollar cáncer cervical, pero en general, este riesgo alcanza su punto más alto alrededor de los 50 años, y en cuanto a la displasia grave el mayor riesgo se presenta alrededor de los 35 años. 24

1. 2. 3. Mortalidad.

En lo que respecta a la mortalidad, es evidente que el cáncer de cérvix alcanza cifras devastadoras, causando muchas víctimas, de las 231.000 muertes anuales a causa de este cáncer, aproximadamente el 80% se produce en los países en desarrollo, donde el cáncer cérvico uterino es el más letal de los cánceres entre las mujeres.

La distribución de mortalidad por cáncer en Cuba tiene un patrón comparable al de los países más desarrollados, las tasas de mortalidad por cáncer han tenido una tendencia ascendente, siendo de 109. 6 por 105 habitantes en el año 1981 y de 146. 5 por 105 habitantes en el año 2000, ocupa el segundo lugar como causa de muerte en todos los grupos de edad. 25,26

Guantánamo ocupa el segundo lugar en el país con tasas elevadas de mortalidad por cáncer cérvico uterino; al comparar los años 2000-2005 encontramos un incremento en los fallecidos por esta enfermedad, lo que preocupa e incentiva al estudio de esta malignopatía. 23

1. 2. 4. Supervivencia.

La tasa de supervivencia con tratamiento adecuado será mejor cuando más temprano se haga el diagnóstico de la enfermedad. Los porcentajes de curación en el carcinoma in situ a los 5 años oscilan entre el 95% -100%; en el estadío I son de 80%, en el estadio II de 60%, en el III de 30-40% y en el estadio IV los porcentajes son muy bajos. El porcentaje de supervivencia global a los 5 años para todos los estadíos es de 65%. 28

De acuerdo con (Col 1998), la tasa de supervivencia relativa (estandarizada por edad) más elevada se reveló en los Estados Unidos (65. 7%), Europa (61. 5%), Tailandia (60. 2%) y Cuba (54. 4%). Sin embargo la supervivencia de las pacientes está fuertemente influenciada por el factor socioeconómico, lo que reflejaría la posibilidad de acceso a programas organizados de detección precoz y tratamiento 27. La baja supervivencia en países en desarrollo se debe en parte a que la enfermedad, al momento de diagnóstico esté avanzada; otro factor relacionado es la alta tasa de abandono de las visitas de seguimiento. 27,28


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