Propuesta de Intervencion Psicoeducativa para prevenir las Infecciones de transmision sexual en adolescentes
Autor: Dra. Alexis Díaz Brito | Publicado:  21/12/2011 | Sexualidad – Sexología , Enfermedades Infecciosas , Medicina Preventiva y Salud Publica , Medicina Familiar y Atencion Primaria , Articulos | |
Intervencion Psicoeducativa para prevenir Infecciones transmision sexual en adolescentes .3

SÍFILIS:

Infección producida por la bacteria Treponema pallidum, que se transmite por contacto o juego sexual no protegido, por transfusión de sangre infectada, y de la madre al feto durante el embarazo o el parto. Sus síntomas y lesiones son característicos en cada una de las tres fases, por las que evoluciona la infección cuando no se le trata a tiempo con el antibiótico indicado. Después del contagio hay una fase sin síntomas en la que el examen de sangre aún es negativo. Después de seis semanas aparecen los llamados Chancros sifilíticos o duros. Quince días después el examen de sangre da positivo, por lo que es de fácil diagnóstico; este es el momento preciso en que el tratamiento adecuado frena la infección sin otros contratiempos. Aunque en las primeras fases no se aplique el tratamiento las lesiones desaparecen pero, ¡cuidado!, la infección sigue progresando hacia fases sucesivas cada vez más agresivas, y de mayores y más graves consecuencias. El tratamiento con antibióticos es muy efectivo si se aplica a tiempo, de ahí la importancia de acudir rápidamente al médico ante los primeros síntomas o temor de contagio.

CANDIDIASIS:

Infección producida por el hongo Cándida albicans, un microorganismo oportunista, que se transmite por contacto sexual no protegido. En las mujeres produce prurito (picazón) intenso de los genitales, flujo vaginal de color blanco-lechoso, inflamación y enrojecimiento de la vulva, vagina y cuello uterino, así como sensación de quemadura al orinar. En el hombre se presenta prurito genital, irritación y puntos inflamados en el glande y el prepucio; así como secreción blanco-lechosa por la uretra. Se le diagnostica por sus síntomas y lesiones, acompañado de examen de laboratorio. El tratamiento es a base de preparados que eliminan el agente causal. (9, 12,13)

TRICHOMONIASIS:

Infección causada por el protozoario Tricomonas vaginales, cuyo contagio se produce por contacto sexual no protegido y, en ocasiones, por el uso de instrumental obstétrico o prendas íntimas contaminadas. No siempre se producen síntomas: un grupo de las mujeres infectadas no presenta molestias, en otras son muy ligeras y en un tercer grupo se produce inflamación y enrojecimiento de la vulva con abundante flujo vaginal de apariencia espumosa y sanguinolenta, con prurito genital y ardor al orinar. Solo algunos de los hombres infectados padecen ligero ardor y punzadas en la uretra, así como un tenue flujo uretral. El diagnóstico se basa en los síntomas y lesiones acompañados de examen de laboratorio. El tratamiento, con preparados químicos que destruyen al agente causal, tienen que recibirlo los dos miembros de la pareja.

CLAMIDIASIS:

Infección producida por un grupo de bacterias conocidas por clamidobacterias, como la Clamidia vaginalis, que se transmiten por contacto sexual vaginal, anal o bucal, no protegido. Sus síntomas comienzan a presentarse de una a tres semanas después del contagio, siendo al principio poco significativos. Más tarde, en la mujer, se presenta aumento de un flujo vaginal transparente, dolor y ardor al orinar, y hasta puede ocurrir sangrado vaginal; cuando la infección asciende por el tracto genital puede producir inflamación de las Trompas de Falopio (salpingitis) con intenso dolor pélvico (bajo-vientre). En el hombre la secreción uretral se hace abundante, transparente o amarillenta, y si la infección asciende lo hace hasta todas las glándulas del sistema reproductor provocando dolores intensos. Se diagnostica por examen de laboratorio y apreciación de sus síntomas y lesiones. Su tratamiento es con antibióticos. Si no se aplica pueden producirse graves complicaciones que pueden llegar a causar esterilidad, tanto en el hombre como en la mujer. (13,14,15)

CONDILOMAS O VERRUGAS GENITALES.

Infección causada por el Papiloma virus, que se transmite por contacto sexual vaginal, anal u oral, no protegido, con una persona infectada, por simple contacto de piel con las verrugas, o de la madre al hijo(a) durante el parto. Las manifestaciones suelen aparecer desde las dos semanas hasta los ocho meses después del contagio y consisten en la presencia de una o varias lesiones en forma de repollo con superficie irregular, llamadas Condilomas o verrugas. Dichas lesiones se localizan en los genitales externos e internos, el ano y el recto (aunque la vía de contagio no haya sido la anal). Las lesiones no son dolorosas pero pueden alcanzar gran tamaño, lo que ocasiona molestias físicas y psicológicas. No existe tratamiento que elimine la infección, solo se realiza la extirpación de las verrugas, para lo que existen distintos procedimientos médicos.

HERPES GENITAL. Infección causada por el virus denominado Virus del Herpes Simple Tipo II, que se transmite por contacto sexual vaginal, anal u oral, no protegido, con una persona infectada, por simple contacto de piel con las lesiones, y de la madre al hijo(a) durante el parto. Las primeras manifestaciones aparecen de uno a siete días después del contagio y consisten en pequeñas y abundantes ampollas dolorosas localizadas en los genitales externos, la boca, o el ano (según la vía de contagio); en la mujer pueden aparecer en la vagina y en el cuello del útero. Estas ampollas revientan dando lugar a llagas, más dolorosas aún, que desaparecen en un plazo de cinco a veintiuno días. Se reconoce por sus síntomas y lesiones y el examen de laboratorio. La infección es incurable, las lesiones desaparecen y vuelven a aparecer cada cierto tiempo durante toda la vida. Solo hay tratamiento para aliviar las molestias y curar las lesiones.

PEDICULOSIS PÚBICA (PIOJERA).

Infección producida por un ectoparásito, el Piojo blanco o Piojo chato, conocido también como ladilla, que habita y pone sus huevos (liendres) en los vellos del pubis, produciendo prurito intenso debido a las picaduras que realiza en la piel de la zona. El diagnóstico se realiza por reconocimiento del parásito y sus huevos. El tratamiento es sencillo, con productos químicos que eliminan al parásito y a sus huevos, y que se aplican externamente en la zona afectada, acompañados de aseo personal intensivo.

EL SIDA Y SU AGENTE CAUSAL (VIH/SIDA):

La epidemia del SIDA ha seguido su trayectoria en ascenso, en el mundo entero, desde que se diagnosticaron los primeros casos en Estados Unidos, en 1981. Los expertos para el Programa de Naciones Unidas sobre el SIDA, consideraban que para el año 2000 la cifra de infectados sería entre 30 y 40 millones de personas a nivel mundial; sin embargo, ya en julio de ese año existían 53 millones (13 millones más que lo calculado) y de ellos ya habían muerto 19 millones. En nuestro país los primeros enfermos aparecieron a inicio de 1986. Las estadísticas mundiales, nuestro país incluido, indican que la mayoría de esas personas que han sido diagnosticadas con el VIH, han adquirido la infección a edades muy tempranas.

Existen otras muchas infecciones de transmisión sexual (ITS), con menor o casi nula incidencia en nuestro medio, entre ellas les puedo mencionar las siguientes: el Chancroide, el Molusco contagioso, el Granuloma inguinal, la Hepatitis B, y el Linfogranuloma venéreo.

Mucho se ha dicho acerca de la necesidad de los adolescentes y jóvenes que ya practican una vida sexual activa deben protegerse contra las Infecciones de Transmisión Sexual y el VIH/SIDA, lo que se puede lograr con una conducta sexual responsable; sin embargo, las estadísticas muestran que no todos asumen esa responsabilidad con ellos mismos y con la pareja.

Es importante tener en cuenta que la conducta sexual responsable frente a las infecciones de transmisión sexual (ITS) y el VIH/SIDA posee dos componentes importantes: el uso sistemático y correcto del condón y la práctica del denominado sexo seguro.

El condón es el único medio de protección contra estas infecciones cuando se tienen relaciones sexuales con penetración, ya que impide el contacto con los fluidos de la pareja; aprender a usarlo siempre y bien, ofrece seguridad y la oportunidad de experimentar nuevos juegos sexuales.

El sexo seguro, por su parte, consiste en disfrutar del placer de las relaciones sexuales sin intercambiar secreciones o fluidos corporales tales como el semen, la secreción vaginal y la sangre menstrual, entre otros. Ello significa disfrutar de prácticas sexuales sin penetración, como son: los besos y caricias, la búsqueda experimental de nuevas zonas placenteras y la masturbación individual o en pareja, por solo citar algunas del inmenso caudal conocido, a las que pueden sumarse todo aquello proveniente de la creatividad individual. (12,13,14)

Hoy para un mejor manejo de las infecciones de transmisión sexual (ITS) se clasifican en 3 grandes Síndromes:

1. Síndrome de dolor abdominal bajo
2. Síndrome del flujo vaginal
3. Síndrome de secreción uretral.

De esta forma clínicamente se le puede brindar una terapéutica adecuada así como descartar una serie de infecciones cuyo objetivo es un diagnóstico de certeza para la terapéutica más adecuada. (Ver en Anexos esquema sobre diagnóstico y tratamiento de infecciones de transmisión sexual (ITS)).


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