Intervencion Psicoeducativa para prevenir Infecciones transmision sexual en adolescentes .4
Los adolescentes en Cuba, como grupo social, son atendidos desde la infancia sin distinción de sexo, raza, creencia, procedencia social o zona residencial, disfrutan de todos los derechos, entre ellos de uno de los más vitales para su desarrollo, la educación, la cual es obligatoria hasta el 9no grado, con un seguimiento estricto, garantizándose la continuidad de estudios a la enseñanza media superior o técnica profesional por parte del Estado en forma gratuita como derecho, deber y garantía ciudadana finales de la década del 90 Cuba aparecía ubicada en el IV Grupo de transición demográfica abarcada junto a Chile, Argentina y Uruguay; presentando el más alto porcentaje de embarazos en adolescentes con un 26,1%. En la actualidad, a pesar de que los niveles de fecundidad han descendido considerablemente en el país ubicándose por debajo de los niveles de reemplazo, los índices de embarazos, abortos y partos en la adolescencia ubican a Cuba entre los países de tasas más elevadas dentro de los que exhiben bajos niveles de fecundidad en el mundo. Otro dato importante es que la proporción relativa de edades de las madres de los nacimientos reportados anualmente se ubica en lo fundamental en las edades de la adolescencia o muy próximo a este rango (15).
No se puede dejar de mencionar el papel desempeñado por el médico y la enfermera de familia en el cumplimiento nacional de las acciones de salud diseñadas en el Programa Nacional Materno Infantil, concretándolo y haciéndolo realidad, su labor de captación y seguimiento al llegar a cada hogar, independientemente de la zona geográfica en que esté ubicado, lo que manifiesta sin lugar a dudas las potencialidades del sistema de salud y uno de sus rasgos distintivos; su carácter preventivo. Este descenso está vinculado también a un fuerte componente educacional que como Sistema Nacional despliega toda una política encaminada a este fin, además con carácter consciente y no como meta fría, a pesar de que aún subsisten insuficiencias que pueden hacer mas eficiente esta meta. Resultados posibles gracias a toda una política social, por excelencia humanista. El embarazo adolescente deseado o no, repercute de la misma forma ante el riesgo por las complicaciones que acarrea. El comportamiento de los indicadores importantes así lo corroboran.
Las adolescentes disponen de orientación y servicios de regulación en su fecundidad, no obstante a ello, como se ha declarado arriba, son muy frecuentes las relaciones sexuales prematuras y sin protección, lo que aumenta el riesgo no sólo de embarazos indeseados y abortos, sino de disfunciones sexuales, de contraer VIH/SIDA y otras infecciones de transmisión sexual (ITS), por lo que se convierte en una problemática el indagar sobre las causas que influyen en estas conductas, y poder operar objetivamente sobre las mismas. La comparación de experiencias entre diferentes países (13,14,15,16) demuestra que la prevención efectiva de las conductas de riesgo sexual en adolescentes es el resultado de acciones intersectoriales en las que los medios de comunicación, educación y atención sanitaria tienen un papel complementario e implica a todos los grupos y contextos en contacto con este grupo etáreo: familia, grupos de iguales, entorno escolar, medios de comunicación, entornos de ocio, profesionales de la salud, políticos, grupos religiosos, etc. Existe evidencia de la efectividad de los programas de intervención en el medio escolar sobre todo en el incremento de conocimientos lo que fue reportado por varios autores.
Si se profundiza en las características y particularidades de los diseños de programas educativos de intervención se ha demostrado como perjudiciales aquellos cuyo único objetivo es la promoción de la abstinencia, ya que se asociaron a un incremento en el número de embarazos entre las parejas de los adolescentes participantes según se reporta en el segundo de los mencionados sin embargo estos mismos estudios hacen referencia a que ningún otro tipo de intervención incrementó la frecuencia de actividad sexual en adolescentes. Por otra parte, existe un razonable consenso de la efectividad respecto a relacionar las intervenciones escolares con los servicios de contracepción de la zona y la inclusión de padres y madres en las actividades de los programas según se reporta en algunas investigaciones (17,18). Es conocido que numerosas organizaciones como ONUSIDA y OPS recomiendan las intervenciones sobre infecciones de transmisión sexual (ITS) en adolescentes incorporadas en los exámenes sistemáticos de salud. (2,5)Otras organizaciones como por ejemplo, Health Care (CTFPHC) recomienda:
Proporcionar educación y servicios de contracepción.
Implicar lo antes posible a los púberes y si es posible a sus padres, en una discusión abierta sobre desarrollo sexual, prevención de enfermedades de transmisión sexual y prevención de embarazo no deseado.
Orientar la práctica contraceptiva de adolescentes sexualmente activos y cuando esté indicado, proporcional educación, consejo, contracepción y seguimiento.
Los contraceptivos orales combinados con los preservativos como primera elección para los adolescentes que no deseen abstenerse sexualmente.
Por su parte, el Institute for Clinical Systems Improvement (19,20) en sus reportes recomienda realizar:
Dos visitas entre los 13 y 18 años.
Consejo y educación individualizada, según preferencias, conocimientos, habilidades de cada adolescente y su pareja.
Actuar con empatía, confidencialidad, no juzgar y mantener una actitud de apoyo.
Proporcionar, junto a mensajes verbales, material educativo escrito.
Obtener una historia sexual detallada que incluya cuestiones directas sobre actividad sexual, utilización de preservativos u otros métodos de barrera y de anticonceptivos (en el pasado y en la actualidad), número y características de parejas sexuales pasadas y presentes (incluyendo parejas del mismo sexo y usuarios de drogas parenterales), prácticas de alto riesgo como coito anal, nivel de conocimientos sobre infecciones de transmisión sexual (ITS), embarazo y antecedentes de embarazo y/o infecciones de transmisión sexual (ITS).
Recomendar como medidas para reducir los riesgos la abstinencia, las relaciones mutuamente monógamas y el rechazo del contacto con parejas de alto riesgo (usuarios de drogas parenterales, prostitución y personas con muchas parejas sexuales) y la utilización de condones de látex o los métodos barrera femenina con espermicida.
Enfatizar en la asociación entre alcohol/drogas y prácticas de riesgo.
Orientar sobre métodos anticonceptivos, indicar sus efectos beneficiosos sobre la salud como refuerzo.
En el caso de United States Preventives Services Task Force en varios estudios ( , ) hace recomendaciones similares en cuanto a consejos a la anterior, aunque incluye la vacunación de hepatitis A en los comportamientos de riesgo,por otra parte, la American Medical Association afirma(19,20), entre otras cosas, que los padres o cuidadores deben recibir recomendaciones en relación a sus hijos al menos en tres ocasiones (durante la adolescencia precoz, la intermedia y la tardía) y que los adolescentes deben recibirla anualmente.
Nuestro país se encuentra enfrascado en una batalla por perfeccionar la educación de todo el pueblo, en la cual la correcta formación de niños y adolescentes juega un papel fundamental, si tenemos en cuenta que ellos constituyen los pilares de la sociedad futura. En ocasiones sucede que algunos padres, maestros y profesores, se cuestionan si resulta conveniente o no, brindar educación sexual a sus hijos y alumnos. En tales casos no se percatan de que siempre, y a cada momento están influyendo, aunque no se lo propongan, sobre el desarrollo de la sexualidad; además no se dan cuenta que la educación sexual no conduce a una “sexualización”, por el contrario se revierte en una preparación activa de los jóvenes, para afrontar de manera responsable esta importante faceta de su vida personal y social (21,22). Resulta imprescindible que la educación sexual se encamine básicamente a la formación de normas y valores morales, de sentimientos y necesidades que se conviertan en impulsores internos de la conducta, y que determinen el desarrollo de modos de actuación acordes con las exigencias de la sociedad.
El hecho de que toda persona al nacer sea un ser biológicamente sexuado, es decir con órganos sexuales definidos no implica que se desarrolle de forma espontánea el proceso de diferenciación sexual socio - psicológica; éste es el resultado de la interacción compleja de determinantes sistémicos naturales y sociales. Varias investigaciones han abordado de una u otra manera el tema (6,8,11), reconoce la dificultad con que se tratan los temas relacionados con la sexualidad de los adolescentes en especial los varones, los que son proclives a tener grandes incertidumbres, por lo que aborda estos temas con mucha sinceridad, otros consideran considera que la consolidación de una identidad positiva firme, resulta muy importante en el proceso de formación del adolescente, el cual debe tener un sentido coherente de quien soy, cuál es mi sistema de valores y que metas tengo en la vida, citando a Erikson quien considera la adolescencia como un período de “crisis de identidad”, adjudicándole gran importancia a su comprensión. (6,23)
Existen otros trabajos (4,8,11) que analizan los embarazos precoces, las infecciones de transmisión sexual, las bajas escolares por matrimonio, la promiscuidad y la insuficiente preparación de los profesores, entre otros aspectos, pero no se encuentran disponibles para los adolescentes, además se conocen algunos software educativos para uso de los adolescentes(2), tal es el caso de “El Navegante”, disponible en la enseñanza media y la colección “Futuro”, implementada en la educación media superior que se utilizan en el Proceso de Enseñanza Aprendizaje (PEA), producto de que la orientación sexual está dentro del eje transversal de la educación para la salud, pero éstos no cumplen las expectativas de los adolescentes en cuanto a la sexualidad, ya que la información al respecto es escueta y no se abordan muchos de los temas que a ellos les preocupan.
ACERCA DEL PROBLEMA CIENTÍFICO
La situación de los adolescentes acerca de sus conocimientos, actitudes y prácticas sexuales adolece de muchas presunciones y nos lleva a la necesidad de un estudio que permita desarrollar estrategias educativas más dirigidas. Según datos reportados por el CPHE en Cienfuegos, que entre los 15 y 24 años existe una prevalencia de 0.1 x 100 mil habitantes del SIDA así como de 25 a 49 años 0.2 por 100 mil.