Influencia del ejercicio físico-terapeutico sobre la depresion del Anciano Mayor
Autor: Lic. Michel Caballero Pernas | Publicado:  11/02/2010 | Rehabilitacion y Fisioterapia , Psicologia , Psiquiatria , Geriatria y Gerontologia | |
Influencia del ejercicio físico-terapeutico sobre la depresion del Anciano Mayor .4

Geronto-geriatría comunitaria: La podemos definir como el conjunto interdisciplinario de elementos, conocimientos y estrategias, que promueven acciones comunales de educación para la salud así como la prevención y atención de problemas de salud en general, y de enfermedades crónico-degenerativas en particular, considerando riesgos y recursos ambientales para las personas ancianas promoviendo tanto la participación directa de ellas como la de los integrantes de su comunidad favoreciendo una mejor calidad de vida en los participantes (49).

 

Durante el envejecimiento se producen pérdidas relacionadas con el proceso fisiológico que se pueden dividir en físicas, sociales y psicológicas (50):

 

Entre las Pérdidas físicas sufridas por el anciano podemos mencionar:

 

  • La pérdida o disminución en la capacidad del funcionamiento en general.
  • La pérdida o disminución en la movilidad.
  • La pérdida o disminución en el estado de salud.
  • La pérdida o disminución en la capacidad sexual.

 

Pérdidas sociales que ocurren con el envejecimiento.

 

  • Pérdida del trabajo por la jubilación.
  • Pérdida de status.
  • Pérdida de amigos.
  • Pérdida de ingresos económicos.
  • Pérdida de roles (amigos, compañeros, rol laboral, etcétera).
  • Pérdida del conyugue por muerte.
  • Pérdida de posesiones.

 

Los problemas más frecuentes que llevan a dichas pérdidas son: la soledad, el aislamiento, la depresión y las limitaciones de tipo económico los cuales de forma general originan frustraciones y sensación de malestar en los adultos mayores.

 

Pérdidas psicológicas que afectan al adulto mayor son:

 

  • Pérdida o disminución de la autoestima.
  • Pérdida o cambio de la Independencia a la Dependencia.
  • Pérdida o disminución en la sensación de bienestar con uno mismo.
  • Pérdida en el manejo decisiones o control sobre su vida.
  • Pérdida o disminución en la capacidad mental.

 

Los cambios morfofuncionales que ocurren en el Sistema Nervioso Central producto del envejecimiento pueden ser macroscópicos, microscópicos, neuroquímicos y neurofisiológicos (51):

 

  • Morfológicos macroscópicos: pérdida del peso y disminución del tamaño del cerebro (disminución del grosor y agrandamiento de los ventrículos) y del volumen (de 1329 cm3 a los 20 años hasta 1100 cm3 a los 80 años de edad).

 

  • Morfológicos microscópicos: en los organelos neuronales, acumulación de lipofuscina y lipocromo en los nervios y las células gliales, degeneración granovacuolar, cambios neurofibrilares de Alzheimer, aparecen placas seniles, y de sustancia amiloide extravascular y angiopatías congofílicas.

 

  • Neuroquímicos:

 

-          Disminuyen los niveles de algunos neurotransmisores (Dopamina, Acetilcolina, GABA, Serotonina y sus receptores).

-          Disminuyen los niveles de aminoácidos y enzimas.

 

  • Neurofisiológicos:

 

-          Reducción de los potenciales evocados visuales.

-          Disminución de la velocidad de conducción de los nervios sensitivos.

-          Disminución de los reflejos protectores de la laringe.

-          Disminución del flujo sanguíneo cerebral.

 

La Depresión.

 

Un aforismo de Hipócrates sintetiza la postura griega y que hoy podemos traducir como: Si el miedo y la tristeza se prolongan, es melancolía. Lo negro, lo agrio, lo pesado, lo triste, encerrado en un término, melancolía.

 

Stanley Jackson anota que en el Renacimiento, al rescatar los textos de Aristóteles también reflotaron el criterio expresado en el legendario Problema por el cual el estagirita observa que la gran mayoría de hombres de genio son melancólicos, lo cual da un toque de distinción a este temperamento y lo separa de la enfermedad llamada melancolía: ¿Por qué todos aquellos que han sido eminentes en la filosofía, en la política, la poesía o las artes son claramente temperamentos melancólicos, y algunos de ellos hasta tal punto que llegaron a padecer enfermedades producidas por la bilis negra? Por ese entonces ya el término había ampliado mucho su base y, así, se lo usaba para nombrar cualquier estado de tristeza, aflicción, desesperación o un carácter sombrío (52).

 

La palabra depresión deriva del latín de y premere (apretar, oprimir) y deprimere (empujar hacia abajo), se usó en Inglaterra en el siglo XVII. Así Richard Blackmore, en 1725, habla de estar deprimido en profunda tristeza y melancolía. Robert Whytt, 1764, relaciona depresión mental con espíritu bajo, hipocondría y melancolía. En 1808 J. Haslam habla de aquellos que están bajo la influencia de pasiones depresivas. Para ese entonces el término depresión gana terreno y se usa junto al de melancolía para designar a la enfermedad, mientras melancolía siguió conservando su uso popular y literario.

 

Wilhem Griesinger introdujo el término estados de depresión mental como sinónimo de melancolía. Y Emil Kraepelin usa locura depresiva en una de sus clasificaciones nosológicas, sin desprenderse del término melancolía para designar la enfermedad, y deja depresión para nominar un estado de ánimo, y consideraba que las melancolías eran formas de depresión mental, expresión que le pertenece. Pero en 1899 usó como categoría diagnóstica a locura maniaco depresiva. Adolf Meyer propuso eliminar totalmente el término melancolía y reemplazarlo por el de depresión. Así, en esta puja semántica se llegó a la redundancia de nominar depresión con melancolía cuando los síntomas eran suficientemente graves como para nominarlos simplemente como depresión. El término ciclotimia fue usado por Kahlbaum en 1863 para designar las variaciones de las fases depresiva y maníaca, remedando los ciclos.

 

Uno de los más conocidos estudiosos modernos de la melancolía fue Robert Burton (1577-1640), quien dedicó casi toda una vida a redactar su Anatomía de la Melancolía (publicada en 1621), en la que resume todos los conocimientos habidos hasta esa fecha sobre el tema. En sus tres tomos se ofrece una concepción multifactorial de la depresión, según la cual la enfermedad no tiene una única causa, sino que puede tener varias: desde el amor a la religión, pasando por la política o el simple aburrimiento. Y si varias pueden ser las causas, varios pueden ser los remedios, que van desde la música a la compañía (53).


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