........................................5. TRASTORNO DE PERSONALIDAD POR EVITACIÓN...................................

Muchas personas recurren en ocasiones a la evitación para eliminar la ansiedad que les producen ciertas situaciones. Sin embargo, la evitación que se produce en el trastorno de personalidad por evitación (TPE) es generalizada y se da a nivel conductual, emocional y cognitivo. Estas personas evitan prácticamente todo contacto con los demás debido a la ansiedad que sienten. Es decir, no se trata de personas solitarias que prefieren tener pocos contactos con los demás, sino que desean el afecto, amistad y aceptación de los demás pero tienen un miedo al rechazo tan profundo que impide el inicio o la profundización de las amistades. Suelen considerarse a sí mismos socialmente ineptos y ven a los demás como superiores, pensando que los rechazarían o criticarían si los conocieran.

Este trastorno guarda semejanza con la fobia social. Nos obstante, las personas con fobias sociales temen la humillación y tienen poca confianza en sus aptitudes sociales, pero no evitan las relaciones estrechas, sino sólo ciertas circunstancias sociales (hablar en público, grupos grandes, etc.).

Las personas con TPE desean acercarse a otras personas pero tienen pocas relaciones sociales, sobre todo pocas relaciones íntimas. Temen iniciar el contacto o responder a la iniciativa de otros de acercarse a ellos porque están seguros de que finalmente serán rechazados.

Definición

El TPE consiste en una pauta generalizada de incomodidad social, miedo a la evaluación negativa y timidez, iniciada al principio de la adultez y presente en diversos contextos, indicada al menos por cuatro de los siguientes rasgos:

1. La crítica o la desaprobación lo hieren fácilmente.

2. No tiene amigos íntimos o confidentes (o sólo tiene uno) que no sean parientes de primer grado.

3. No está dispuesto a involucrarse con otras personas a menos que esté seguro de que les gusta.

4. Evita las actividades sociales o laborales que suponen un contacto interpersonal significativo; por ejemplo, rechaza un ascenso que aumentará las exigencias sociales.

5. Es reticente en las situaciones sociales por temor a decir algo inadecuado o tonto, o a ser incapaz de responder a una pregunta.

6. Teme que lo perturbe un acceso de rubor o llanto, o mostrar signos de ansiedad frente a otras personas.

7. Exagera las dificultades, los peligros físicos o los riesgos potenciales que supone hacer algo común pero que está fuera de su rutina; por ejemplo, cancela planes sociales porque prevé que el esfuerzo de llegar al lugar lo dejará exhausto.
Los esquemas de pensamiento

Las personas con este trastorno tienen un patrón de pensamiento disfuncional que está en la base de su comportamiento evitativo. Estas creencias reflejan la impresión que tiene de sí mismo y de los demás. Es posible que de niños hayan sido criticados o rechazados por una persona importante para ellos (padre, madre hermano, compañeros). Esto los llevó a desarrollar ciertos esquemas de pensamiento sobre sí mismos, como: "Hay algo defectuoso o malo en mí", "Soy inadecuado", "No gusto a nadie", "No encajo", Soy diferente y desagradable", y sobre los demás: "Me rechazarán, "No les importo", "No les intereso". Sin embargo, no todas las personas que son rechazadas o criticadas por los demás desarrollan un trastorno evitativo. Para que esto suceda deben haber interpretado lo sucedido mediante ciertos supuestos y creencias, como: "Si mi madre me trata así, seguramente es porque soy una mala persona", "Si los demás me rechazan es porque soy defectuoso", "No tengo amigos porque soy ridículo", "Si ni siquiera les gusto a mis padres, es imposible que le guste a los demás".

Así pues, las personas evitativas tienden a pensar que todos reaccionarán de la misma manera que aquellos que les criticaron, pues asumen que hubo un motivo real para dichas críticas, y que eso motivo es algo inherente a ellos (algo malo o defectuoso). Por tanto, temen continuamente que los demás descubran que son defectuosos y los rechacen.

Además, tienen miedo de no poder soportar el malestar que les provoca el rechazo, lo consideran como algo terrible que puede tener para ellos consecuencias desastrosas. Esto es debido a que dichos esquemas se formaron en la infancia, época en la que existe una mayor dependencia y necesidad de los demás para sobrevivir. Este miedo los lleva a evitar las relaciones y situaciones sociales.

Interpretan el rechazo de una manera totalmente personal, como si estuviera provocado únicamente por sus carencias personales: "Me ha rechazado porque no valgo nada", "Piensa que soy idiota". Al verlo así, siente un malestar muy intenso y para evitar ese malestar, evita también las situaciones sociales. Al mismo tiempo, las interpretaciones negativas que hace acerca de los motivos de los demás, refuerzan sus creencias básicas. Es decir: "Me ha rechazado porque piensa que soy idiota; lo cual corrobora mi idea de que la gente piensa mal de mí y de que soy idiota". Así se establece un círculo de pensamientos que se alimentan a sí mismos manteniéndose en el tiempo.

Autocrítica
Con frecuencia piensan de sí mismos de un modo negativo y casi nunca cuestionan esos pensamientos, pues los dan por ciertos desde el principio: "Soy aburrido, "Soy inútil", "No soy atractivo", "No soy interesante", "Soy un fracasado", "Soy despreciable".

También suelen tener una serie de pensamientos negativos antes de los encuentros sociales: "No sabré qué decir", "Haré el ridículo", "No le gustaré". Estos pensamientos pueden a veces ser totalmente conscientes, mientras que otras veces la persona no tiene una completa conciencia de ellos, sino que siente principalmente el malestar que le producen y que les empuja a evitar la situación para aliviar ese malestar (ansiedad, depresión).

Reserva
Dado que piensan que no pueden gustar a nadie, tienden a ocultar su verdadera personalidad a los demás. Para hacerlo, impiden que los demás se acerquen a ellos lo bastante como para descubrir lo que creen que son en realidad: raros, inadecuados, estúpidos, etc. y piensan que "En cuanto me conozcan, se darán cuenta de que soy inferior", "Debo evitar que la gente descubra como soy de verdad".

Falta de asertividad
Cuando establecen relaciones con alguien evitan confrontaciones y no son asertivos. Tratan de resultar agradables a esa persona en todo momento, hacer lo que creen que los demás quieren y se sienten siempre al borde del rechazo: "Si hago algo que le desagrade romperá nuestra amistad", "Si cometo algún error me rechazará".

Evitación de emociones negativas

La persona con trastorno de personalidad por evitación evita pensar sobre temas que le causan malestar emocional. Tolera mal las emociones negativas, como la ansiedad, de modo que cuando las siente busca enseguida un modo de distraerse y no pensar en ello. Cree que si se permite sentir esas emociones negativas, se sentirá abrumado, no podrá soportar el malestar, se hundirán, no podrá funcionar, se quedará bloqueado, etc. Cuando se da cuenta de su evitación, tienden además a criticarse: "Soy un vago". No se da cuenta de que la evitación es el modo que tiene de vérselas con las emociones desagradables.
Evaluaciones negativas de las reacciones de los demás

Estas personas tienen problemas para evaluar de forma realista las reacciones de los demás, tendiendo a interpretar una reacción neutra o incluso positiva, como negativa. Pueden buscar reacciones positivas incluso en personas que no tienen ninguna importancia en sus vidas, como dependientes de comercios, y desean causar a todo el mundo una buena impresión, pues para ellos es sumamente importante que nadie piense mal de ellos. Esto es debido a su creencia de que "Si alguien piensa mal de mí, su crítica tiene que ser cierta". De este modo, temen cualquier situación en la que puedan ser evaluados por los demás, porque las reacciones negativas e incluso las neutras confirman su propia creencia de que no valen nada y no gustan a nadie. No utilizan criterios interiores para juzgarse a sí mismo, sino que se basan en lo que creen que los demás piensan de ellos (y además creen que los demás los ven de manera negativa). E incluso cuando se le presentan pruebas de que gusta a los demás o es aceptado, esta persona tiende a descartarlas o no creerlas. Más bien piensa que si alguien lo acepta es porque no lo conoce de verdad o porque ha logrado engañarle: "Cree que soy competente porque le he engañado o no me conoce de verdad". "Si me conociera más sabría lo torpe que soy".

Problemas para cambiar
Aunque tienen un gran deseo de tener relaciones estrechas con los demás y de cambiar sus vidas, no se ven capaces de hacerlo. Se sienten solos, vacíos e insatisfechos, desean conseguir un trabajo mejor, hacer amigos, tener pareja, y, por lo general, saben qué es lo que tienen que hacer para alcanzar esos objetivos, pero consideran que el precio será demasiado alto: un dolor emocional demasiado intenso como para poder soportarlo. Por este motivo, encuentran múltiples excusas para no hacer lo necesario para alcanzar sus metas: "Si lo hago me sentiré mal", "No me gustará", Estoy cansado", Lo haré más adelante". Además, no se creen realmente capaces de alcanzar sus objetivos y anticipan el fracaso.

Es también habitual que fantaseen sobre su futuro. Piensan que no pueden alcanzar sus metas por sí mismos, pero que algún día sucederá algo que que cambie sus vidas, que las cosas mejorarán sin que tengan que hacer nada. Incluso en la terapia esperan que el terapeuta los "cure" sin hacer ellos ningún esfuerzo. Dado que se ven como personas ineficaces, esa curación tiene que llegar desde fuera.
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