Dolor en las rodillas
Las rodillas son articulaciones (uniones entre 2 huesos) complejas
que soportan peso y que le dan a su cuerpo flexibilidad,
apoyo y un amplio rango de movimiento. Las rodillas pueden
lastimarse debido a traumatismos, artritis o el estrés y desgaste diario.
Por lo tanto, el dolor en las rodillas es un padecimiento común.
Dependiendo del tipo y severidad de daño en las rodillas, el dolor
puede ser menor o puede ocasionar molestia severa y discapacidad.
Existen varias causas comunes para el dolor en las rodillas y es
importante contar con un diagnóstico acertado de la causa para poder
administrar el tratamiento adecuado.
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FACTORES DE RIESGO
• Obesidad. El exceso de peso aumenta el estrés en
la articulación de la rodilla. Aumenta el riesgo de
osteoartritis acelerada (colapso degenerativo de
la articulación).
• Exceso de uso. Puede ocasionar fatiga muscular
y estrés excesivo de carga en la articulación.
Esto genera una respuesta inflamatoria
(mayor flujo sanguíneo y respuesta celular)
que daña los tejidos.
• Edad
• Inestabilidad. Los músculos rígidos o
débiles ofrecen menos apoyo a la articulación.
• Problemas mecánicos. Las anomalías
estructurales, como tener una pierna más corta
que la otra, alineación anormal de los huesos
o pie plano pueden aumentar el riesgo de
problemas en las rodillas.
• Actividades deportivas
• Lesiones previas
PAUTAS INICIALES DE ATENCIÓN
• Protección. Una rodillera flexible o rígida
para dar mayor estabilidad a la articulación y
restringir el rango de movimiento.
• Descanso. Las lesiones menores pueden requerir
sólo uno o dos días de descanso, pero es
probable que el daño severo necesite más tiempo
de recuperación.
• Hielo. Reduce el dolor y la inflamación.
• Elevación de la pierna.
• Compresión. Una venda alrededor de la rodilla
previene el edema (acumulación de líquido
dentro de la articulación)
• Medicamentos, los antiinflamatorios no
esteroideos (AINES) como la aspirina,
el naproxeno o el ibuprofén pueden ayudar
a aliviar la inflamación y el dolor.
CUÁNDO CONSULTAR AL MÉDICO
• Dificultad para apoyar peso en la rodilla
• Inflamación de la rodilla
• Deformación obvia de la pierna o la rodilla
• Dolor severo o persistente
• Inmovilización, imposibilidad de doblar
o enderezar la rodilla
• Infección, típicamente indicada por fiebre y
enrojecimiento, dolor e inflamación en la rodilla
DETECCIÓN Y DIAGNÓSTICO
Determinar el motivo exacto del dolor en la rodilla puede ser difícil debido a la amplia variedad de causas
posibles. Las lesiones agudas pueden incluir fracturas, desgarres de ligamentos y cartílagos, esguinces
y contusiones (traumatismos contundentes). Las afecciones que generan dolor crónico pueden incluir
artritis, tumores e infección. Es importante tomar un historial médico completo y realizar una exploración
física minuciosa. Pueden tomarse radiografías para detectar lesiones óseas y artritis degenerativa, pero
con frecuencia se solicitan tomografías computarizadas o resonancias magnéticas para identificar lesiones
específicas en el tejido blando.
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Dolor de rodilla
Las rodillas por lo general están expuestas a estrés, no sólo por deportes de alto impacto, sino también por las actividades cotidianas, como ponerse en cuclillas, agacharse, arrodillarse y subir escaleras. Las rodillas se flexionan, se tuercen y en ocasiones se golpean durante los deportes.

Causas
Casi todas las lesiones de la rodilla implican un golpe, un giro repentino, o un aterrizaje duro después de un salto. Un fuerte golpe en el lugar exacto puede desgarrar el cartílago y producir la torcedura de varios ligamentos.

Torceduras
Las torceduras son el resultado de un golpe o de un giro repentino de la rodilla. Una torcedura de los ligamentos de la rodilla causa hinchazón (generalmente en el transcurso de una hora), dolor y dificultad para caminar. El lado de la rodilla que sufre la torcedura tal vez esté hipersensible al tacto. Incluso las torceduras leves de rodilla a menudo tardan dos a tres semanas en sanar por completo. Un fuerte golpe en el lado interno o externo de la rodilla producirá la torcedura del ligamento en el lado opuesto al forzar a la rodilla a doblarse en dirección lateral. Si siente dolor en el lado donde ocurrió el golpe, probablemente sea una contusión, y no una torcedura.

Lesiones del ligamento cruzado anterior, desgarro de cartílago (meniscos), y la "tríada terrible"
Las lesiones del ligamento cruzado anterior, el desgarro de cartílago (meniscos) y la "tríada terrible" son el resultado del daño de los ligamentos o meniscos (dos discos de cartílago que se fijan al cartílago de la rodilla y se adaptan en la articulación para amortiguar golpes). El ligamento cruzado anterior se puede distender o desgarrar. Las lesiones del ligamento cruzado anterior son frecuentes en deportes de contacto o al esquiar, o como resultado de un giro o una caída. Tal vez escuche o sienta un chasquido fuerte cuando ocurre la lesión. Las lesiones del ligamento cruzado anterior a menudo desencadenan dolor repentino, inestabilidad de la rodilla, hinchazón rápida, y limitación del movimiento. Sin embargo, en algunos casos los síntomas pueden tardar hasta 6 a 12 horas en aparecer.

La misma clase de traumatismos que causan torceduras también puede desgarrar los meniscos. Ponerse en cuclillas o arrodillarse repetidas veces también puede debilitar los meniscos, lo que aumenta el riesgo de lesión. Puede sobrevenir hinchazón de inmediato o en el transcurso de 24 horas. El dolor continuo y un chasquido o trabado en el movimiento de la rodilla son otros síntomas de desgarro de meniscos. Una vez que los meniscos se desgarran, la rodilla se puede doblar o trabar sin aviso. Usar un dispositivo ortopédico durante la actividad puede ayudar a proteger a la rodilla contra una lesión adicional, pero tal vez se necesite una intervención quirúrgica para extraer fragmentos de meniscos desgarrados.

La “tríada terrible” es una combinación de desgarro de meniscos, lesión del ligamento cruzado anterior, y torcedura de un ligamento en el lado interno de la rodilla, todo a causa de un solo golpe. El daño de esta lesión por lo general exige intervención quirúrgica.

Fragmentos sueltos de cartílago y hueso (“joint mice”)
Los “joint mice” son cuerpos sueltos (a menudo fragmentos de cartílago desgarrado o astillas de hueso) que flotan dentro de la rodilla. Un golpe fuerte en la rodilla puede hacer que una pequeña porción de la superficie del hueso muera. Los fragmentos de hueso muerto después se desprenden del hueso principal y quedan flotando dentro de la articulación. Los síntomas a menudo tardan hasta un año en aparecer luego de un traumatismo. Cuando los fragmentos de hueso quedan atrapados entre los huesos en movimiento, causan dolor repentino e incluso hacen que la rodilla se trabe o se doble.

Rodilla de corredor
La rodilla de corredor, también llamada síndrome de dolor rótulofemoral o dolor en la parte anterior de la rodilla, es la causa más frecuente de dolor en la rodilla, y la lesión más frecuente de la rodilla por uso excesivo. La rodilla de corredor puede ocurrir por golpes directos repetidos en la parte delantera de la rodilla, o sin una razón manifiesta. Puede desencadenarse por diversas actividades que imponen estrés sobre la rodilla, o incluso por usar calzado que no da apoyo adecuado a los pies durante la práctica de deportes. También puede ocurrir porque la rótula no se adapta correctamente a su surco en el extremo del fémur. El área alrededor de la rótula o en la parte posterior de la rodilla puede doler o estar hinchada, en especial durante o después de la actividad. Ponerse en cuclillas o sentarse con las rodillas flexionadas durante un período prolongado puede ser doloroso. Usted quizá sienta un rechinar o un chasquido cuando flexiona la rodilla o la extiende. Los ejercicios para fortalecimiento pueden ayudar a corregir la rodilla de corredor y evitarla en el futuro.

Rodilla de saltador
La rodilla de saltador, o tendinitis de la rótula, es una inflamación del tendón del cuadriceps en la parte superior de la rótula, o del tendón rotuliano en la parte inferior de la rótula. Saltar o un golpe directo en la rodilla es la causa frecuente de inflamación y desgarro de estos tendones.

Bursitis de la rodilla/rodilla de la criada
La bursitis prerrotuliana o rodilla de la criada o lechera es una afección frecuente en personas que trabajan sobre las rodillas mucho tiempo, como personas que instalan pisos o alfombras, techistas y jardineros. Los síntomas comprenden un área blanda e inflamada en la parte delantera de la rótula, dolor y rigidez. En casos más graves, la hinchazón puede extenderse por arriba de la rótula y a los lados de la misma. Una bursa (uno de los sacos llenos de líquido que amortiguan el movimiento dentro de una articulación) inflamada puede romperse internamente por sí sola. Si sucede esto, el cuerpo absorbe el exceso de líquido y la hinchazón e inflamación habitualmente cesan. La mejor medida preventiva para la bursitis prerrotuliana es usar rodilleras siempre que se trabaje sobre las rodillas durante un período prolongado.

Síndrome de la banda iliotibial
El síndrome de la banda iliotibial consta de dolor que se experimenta durante la actividad, como correr o una rutina de ejercicio. La banda iliotibial está formada por un músculo que empieza en el anillo superior de la pelvis y un tendón que se fija al exterior de la rodilla. El ejercicio puede hacer que la banda se tense o se desgarre parcialmente. El dolor por lo general empieza luego de 10 a 20 minutos de correr o de hacer otra rutina de ejercicio, y cesa cuando se suspende la actividad. El síndrome de la banda iliotibial a menudo empeora, con dolor que aumenta y que empieza antes durante un entrenamiento.

Medidas para el cuidado de sí mismo
Para torceduras leves:
Siga el método RICE, y tome medicamentos para el dolor y la hinchazón.

Descanse la rodilla mientras le duela.

Después de los primeros tres días, sumerja la rodilla en una fuente con remolino de agua caliente o una bañera.

Use muletas si es necesario.

Cuando el dolor disminuya, use ejercicios de estiramiento suave para fortalecer los músculos que rodean a la rodilla. Las extensiones de la pierna son un buen ejercicio de fortalecimiento.

Vea a su doctor si los síntomas no disminuyen en tres a cuatro días.

Para torceduras graves, lesión del ligamento cruzado anterior y desgarros de cartílago:
Siga el método RICE, y tome medicamentos para el dolor y la hinchazón.

Para la rodilla de corredor, tendinitis, bursitis, y fragmentos sueltos de cartílago y hueso en la articulación de la rodilla:
Siga el método RICE, y tome medicamentos para el dolor y la hinchazón.

Revise su calzado para asegurarse de que le proporcione apoyo apropiado y se desgaste de manera uniforme.

Cuando el dolor disminuya, haga ejercicios de estiramiento suaves (vea la ilustración) para fortalecer los músculos que están alrededor de la rodilla.

Si la hinchazón por bursitis dura más de 10 días o es muy intensa, un doctor tal vez drene el líquido con una aguja y después inyecte cortisona en la bursa.

Para el síndrome de la banda iliotibial:
Estire la banda iliotibial; sostenga el estiramiento durante 20 a 30 segundos y repita el ejercicio tres a seis veces. Haga esto tres a cinco veces al día, hasta que ya no sienta dolor al correr. Para evitar que ocurra de nuevo, efectúe este estiramiento antes y después de cada carrera.

Si los síntomas no mejoran en 10 a 14 días luego de haber iniciado el estiramiento, vea a su doctor.

Apoye el pie sobre un taburete o una pila de libros con la rodilla doblada al ángulo 60-grados. Estire la pierna; mantenga el músculo estirado durante 6 segundos, vuelva al descanso. Repita 8-10 veces.

Guía para la toma de decisiones en presencia de dolor de rodilla
Síntomas/Signos
Acción

Dolor después de un giro repentino o golpe en el lado de la rodilla; hinchazón; puede cargar peso pero quizá cojee
Cuídelo usted mismo

Inflamación del tendón por debajo de la rótula; dolor al subir escaleras o saltar
Vea al proveedor de atención médica

Hinchazón blanda y depresible que empieza en la parte delantera de la rodilla; dolor; rigidez
Vea al proveedor de atención médica

Dolor alrededor de la rótula o debajo de la misma; dolor que aumenta al subir escaleras o permanecer sentado durante períodos prolongados
Vea al proveedor de atención médica

Los síntomas de bursitis no mejoran en el transcurso de 7 a 10 días, o aparecen signos de infección (aumento local de la temperatura, enrojecimiento, aumento de la hinchazón, dolor, e hipersensibilidad)
Vea al proveedor de atención médica

Dolor luego de un giro repentino o golpe en un lado de la rodilla; hinchazón; incapacidad para peso
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Dolor después de un giro repentino o golpe en un lado de la rodilla; hinchazón rápida; limitación del movimiento
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Golpe o lesión grave de la rodilla; hinchazón intensa; incapacidad para mover la rodilla; deformidad visible de la rodilla
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