Estrategias neurolingüisticas en el cuidado humano. Una vision de la enfermera para educar a pacientes que reciben quimioterapia
Autor: Griselda Galíndez  | Publicado:  3/10/2011 | Enfermeria , Oncologia , Articulos | |
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El énfasis está en ayudar a los otros, mediante modalidades del cuidar, para ganar más auto reconocimiento, auto control y aun un potencial de auto sanación, sin importancia de la condición de salud enfermedad. La relación entre la enfermera y los otros está centrada en ambas partes visualizadas como coparticipantes en el proceso. Ahora bien, la experiencia de estar presente es significante, cuando conscientemente hacemos presencia para acompañar a un ser querido, a un amigo. Podemos estar allí, en silencio, tocándolo y totalmente convencida de que la mejor acción o intervención es la presencia, con total entrega, sin límite de tiempo y a entera disponibilidad, vivirlo estando consciente es un momento totalmente transpersonal.

En todos estos momentos predominan los valores del cuidado: el respeto por la existencia humana: la unidad mente cuerpo, el espíritu y la naturaleza, la autenticidad, la conciencia, la intencionalidad, la experiencia espiritual, la autonomía, la libertad, la selección, el mundo subjetivo, el mundo interior, la relación recíproca, el momento de cuidado y el autocontrol. La intencionalidad conscientemente, es un tesoro que el cuidado humano nos deja, porque quizás tenemos buenas intenciones pero no conscientemente, que es lo que hace las acciones y su accionar más gratificante. Este aprendizaje interior también ha sido una experiencia espiritual única. Por lo que estoy totalmente convencida, de la paridad que debe existir y que debe difundirse entre las competencias ontológicas del cuidado humano de la enfermera y las competencias tecnológicas para tratar y educar al paciente con cáncer tomando en cuenta sus familiares.

Por lo antes expuesto, se resalta que la teoría del Cuidado Humano requiere de una práctica de enfermería y una administración centrada en el humanismo y todo lo que esto conlleva, para poder diferenciar una intervención técnica, constante y rutinaria de enfermería, tendente a la eficacia del recurso de una relación humana integral, donde la competencia técnica está en equilibrio con las competencias humanas, las competencias de conocimiento y con las competencias ontológicas.

Esta teoría, se enmarca en una visión fenomenológica existencialista de la psicología y de las humanidades. Señala que la enfermería, se preocupa de la enfermedad, y del cuidado de los enfermos, estos cuidados holístico que sustentan el humanismo, la salud y la calidad de vida.

Salud Pública

De acuerdo con Álvarez (2002), a principios del siglo XIX, Johan Peter Frank estableció los principios de las acciones sanitarias gubernamentales; a mediados del siglo XIX, se inicia realmente la salud pública como filosofía social, práctico – administrativa y política de gobierno. En este momento se establecen las bases de lo que será el verdadero comienzo de la salud pública y de los servicios de salud destinados a dar cobertura sanitaria a la población. También este autor refiere, que “A principios del siglo XX surgen las primeras definiciones de salud pública. En todas ellas se habla del esfuerzo organizado de la comunidad, y es durante todo el siglo que se van desarrollando servicios de salud pública” (p. 3). Hoy en día, la definición de salud pública comprende también las actividades organizadas de la comunidad en materia de restauración de la salud. Citando nuevamente a Álvarez (Ob. cit). Este considera que:

La salud pública se definirá como el esfuerzo organizado de la comunidad dirigido a proteger, fomentar, y promocionar el bienestar de la población cuando está sana, y restaurar y restablecer su salud cuando ésta se pierde y, en caso de necesidad, rehabilitar y reinsertar al enfermo, integrándolo de nuevo en su medio social, laboral y cultural (p. 7).

Las tendencias en la gerencia pública en salud, es un proceso de construcción de ciudadanía en la concepción política de la población como sujeto de desarrollo y no objeto de la nueva gerencia pública de la salud, implica el control social de la gestión, requiere de los modelos e innovación permanente en los procesos de toma de decisiones de producción de los servicios públicos. Describe las funciones de salud pública como: funciones de salud pública propias de los servicios de salud: promoción de la salud (fomento y protección de la salud), restauración de la salud (asistencia sanitaria) y funciones generales o de servicio. En este orden de ideas, la OMS ha impulsado la promoción de la salud y prevención de las enfermedades, haciendo énfasis en el autocuidado en salud.

Acciones de Salud Pública

Las acciones de salud pública adaptadas a la continua salud – enfermedad se pueden resumir en: protección de la salud, prevención de la enfermedad, prevención de la salud y restauración de la salud. Las acciones de protección de la salud están dirigidas al control del medio ambiente: prevención de los riesgos biológicos, físicos o químicos respecto a la salud del hombre. Álvarez (Ob. cit) manifiesta que:

Las acciones de promociones de promoción de salud y prevención de la enfermedad comprende aquellas actividades dirigidas al fomento y a la defensa de la salud y prevención de la enfermedad mediante acciones que actúan individual o colectivamente sobre las personas (inmunizaciones, educación sanitaria, consejo sanitario, pruebas de detección) (p. 5).

Las organizaciones de salud están pasando por una transformación fundamental en todo el mundo y por ende en Venezuela. Esta transformación se describe como la transición de paradigmas, donde se realiza y se figura la forma en que los entes dispensadores de salud se están transformando, alejándose de gerencias jerárquicas tradicionales. Dentro de este contexto, la protección de la salud de los ciudadanos a través de las acciones comunitarias, sobre todo por parte de los organismos gubernamentales se conoce como salud pública y comprende cuatro áreas fundamentales: fomento de la vitalidad y salud integral, prevención, organización y provisión de servicios para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, y rehabilitación de personas enfermas o incapacitadas para que enfermas o incapacitadas alcancen alta posibilidad de actividad, como es el caso del paciente con cáncer.

La Enfermera ante pacientes con cáncer

Refiere Sánchez (2002), que los países latinoamericanos han enfrentado crisis económicas, políticas y sociales que inciden en los diferentes estratos sociales, principalmente en los grupos humanos más vulnerables; frente a estos procesos, los diferentes sectores encaran nuevos desafíos que exigen mayor capacidad de adaptación, innovación y gestión para lograr metas mínimas de bienestar. El Sector Salud no es ajeno a este planteamiento, y como componente fundamental del desarrollo requiere estrategias acordes con la realidad; esto exige que el dirigente de los servicios de salud y de enfermería sea un líder con una gran visión del futuro y conocimiento del entorno en el cual está inmersa la organización; igualmente, no sólo continúan el desafío de la adaptación constante y la innovación, sino también la necesidad de incrementar la capacidad gerencial.

Desde mi reflexión creo, que el análisis del Sector Salud presenta tendencias al cambio en los sistemas de prestación de servicios de salud y en los paradigmas administrativos, con predominio en la modificación de los procesos de gestión, énfasis en el control de calidad y mejoramiento de la productividad, enmarcados por un componente cronológico que tiene influencia en la eficacia de las operaciones del sistema. Por ello, para comprender la participación de enfermería en este proceso y contribuir al alcance de principios comunes a las reformas (universalidad, calidad y equidad), es necesario entender cómo las reformas han determinado transformaciones en la gestión y la práctica de enfermería.

Entre los profesionales de salud la función de la enfermera es fundamental, pues ella lidera cambios esenciales al interior de las organizaciones e influye en la definición y ejecución de objetivos organizacionales, por tener una de las profesiones más conocedoras de las necesidades individuales y colectivas de salud. Este profesional, representa el mayor porcentaje del recurso humano de los servicios de salud, por lo tanto, su papel en la transformación de los sistemas de salud es definitivo, por lo que requiere una visión de avanzada de la práctica profesional y un proceso de capacitación en gestión por parte de las instituciones formadoras.

En nuestro país, hay que desarrollar múltiples esfuerzos individuales para la capacitación de enfermería en Oncología, tras el reconocimiento de la enorme necesidad existente en este sentido a nivel de las instituciones de salud pública y privada; más aún integrando la asistencia oncológica domiciliaria con el propósito de mejorar la calidad de vida de los usuarios tanto como de reducir los crecientes costos de atención de salud. Esta situación genera una demanda de capacitación de personal de enfermería ya que la enfermería oncológica cumple un rol protagónico en el cumplimiento del tratamiento al paciente, participa en su cuidado, en la prevención, investigación, educación, apoyo y compañía en las diferentes etapas de la enfermedad; por ello, que nuestro quehacer diario no solo se sustenta en el profesionalismo, sino que también se acompaña de cariño, comprensión y apoyo.

Educación para la salud al paciente con cáncer

De acuerdo a Mazarraza (2003), “La educación para la salud (EPS) es un instrumento cuyo fin es conseguir que la población tenga la capacidad de controlar, mejora y tomar decisiones sobre la salud o la enfermedad” (p. 399). Esto significa una superación del papel que se le ha atribuido, limitado fundamentalmente a cambiar las conductas de riesgo, poniendo énfasis en la modificación de conductas individuales y en los estilos de vida. Hoy día se habla de educación para la salud (EPS), imbricada en la promoción de la salud, como un instrumento que pone en marcha procesos de enseñanza–aprendizaje coordinados con procesos sociales dirigidos a crear ambientes favorables a la salud, donde los cambios de comportamiento y su mantenimiento resulten opciones fáciles y realizables en el contexto social en el que se encuentran las personas.


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