Estrategias neurolingüisticas en el cuidado humano. Una vision de la enfermera para educar a pacientes que reciben quimioterapia
Autor: Griselda Galíndez  | Publicado:  3/10/2011 | Enfermeria , Oncologia , Articulos | |
Estrategias neurolingüisticas cuidado humano. Enfermera para educar pacientes quimioterapia .8

El Paciente Oncológico

Para Silva y Zurrida (2006), en el paciente oncológico, la depresión es un sentimiento de tristeza tenaz provocado por pensamientos negativos hacia uno mismo y/o hacia el mundo que le rodea. La depresión, se produce por la pérdida de salud y la posibilidad de realizar sus actividades cotidianas y por la disminución en su calidad de vida. La ansiedad y la depresión provocan cambios en su comportamiento tales como llanto, pérdida de apetito, alteraciones del sueño, pérdida de interés por las cosas, dificultades para concentrarse en pequeñas tareas, cambios bruscos en su estado de ánimo, etc... Estas reacciones pueden diferir de un enfermo a otro, dependiendo de su actitud frente a todo este proceso y del apoyo que reciba de su entorno.

Por ello, la familia es el mayor apoyo y soporte que tiene un enfermo de cáncer durante todo el proceso de la enfermedad. La mayoría de estas familias llevan un periodo de tiempo largo enfrentándose a la misma y superando las dificultades que surgieron en cada momento. Ahora bien, desde el diagnóstico del cáncer hasta llegar a los estadios finales de la enfermedad, pasando por los tratamientos y la recidiva del proceso, la familia y el enfermo se han tenido que adaptar a situaciones nuevas y cambiantes que les han supuesto un gran esfuerzo.

Fases o estadios del cáncer

Según el Manual de Merck (2002), el cáncer no es una enfermedad estática; al contrario, es una enfermedad que puede avanzar con el tiempo, algunas veces más rápido que otras, pero que sin tratamiento, no se queda igual. El inicio del cáncer se debe a que algunas células del cuerpo se alteran y empiezan a dividirse y a crecer sin control. Dependiendo de la parte del cuerpo en que eso suceda, las células cancerosas pueden crecer y unirse a otras formando tumores que pueden invadir órganos vecinos; también, las células pueden esparcirse por el cuerpo viajando por la sangre o por el sistema linfático, y formar nuevos tumores en otros órganos (un proceso llamado metástasis).

Todo eso sucede en cuestión de semanas o meses; y, mientras más grande es un tumor o más células cancerosas están esparcidas por el cuerpo haciendo metástasis, más difícil será el tratamiento y más negativo es el pronóstico del paciente. En este orden de ideas, la etapa o fase de un cáncer habla sobre la extensión o gravedad de la enfermedad. Es decir, se refiere a qué tan grande está un tumor o qué tanto se ha extendido el cáncer por el cuerpo, siendo un dato sumamente relevante para el oncólogo, pues le permitirá pronosticar cómo puede seguir avanzando el cáncer y así definir qué tipo de tratamiento debe aplicarle al paciente, con qué urgencia lo necesita, y cuáles son las posibilidades de recuperación.

Ahora bien, existen diferentes formas de averiguar la “estadificación” de un cáncer y cada cáncer manifiesta las fases de forma diferente. Sin embargo, de acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer, en general se puede considerar la descripción de las etapas o fases de la siguiente manera:

- Etapa 0: Carcinoma in situ, que quiere decir que el cáncer se encuentra todavía concentrado en su lugar original y aún no se ha esparcido a otros órganos.
- Etapa I, Etapa II y Etapa III: Entre más alto sea el número de la etapa quiere decir que el cáncer se ha extendido más, ya sea porque el tumor ha crecido o porque ha invadido órganos vecinos.
- Etapa IV: Cuando el cáncer se ha esparcido haciendo metástasis en otros órganos, es decir, ha formado nuevos tumores en otras partes del cuerpo. Esto puede dar una idea sobre qué está hablando el oncólogo cuando menciona la etapa o fase del cáncer. De todos modos cada cáncer puede manifestar las etapas de diferente manera, así que se le debe explicar al paciente y familia cómo se está desarrollando el cáncer.

Para muchos pacientes con cáncer, el conocer la etapa puede ser una noticia positiva en medio de la enfermedad. Aunque el diagnóstico de cáncer les puede asustar, el saber que está todavía en una etapa temprana abre la puerta de la esperanza para seguir luchando contra la enfermedad; e independientemente del estadio, constantemente se están haciendo investigaciones para encontrar tratamientos para la curación de todos los tipos de cáncer, así que como enfermera debe informarle al paciente que no hay que darse por vencido.

De acuerdo a García (2005), otro aspecto al cual hacer referencia son las familias del enfermo con cáncer; las mismas, precisan ayuda para afrontar la nueva situación, probablemente la más dura de toda la enfermedad. Así mismo, será importante educar a los distintos miembros del núcleo familiar en el cuidado que necesita el enfermo en esta fase y potenciar su capacidad de apoyo para obtener la mayor eficacia terapéutica; debemos pensar que la noticia de un cáncer en estadio avanzado desencadena un importante número de problemas psicológicos y sociales tanto en el enfermo como en la familia, por ello, la comunicación adecuada entre la persona enferma, los familiares y el equipo que le atiende es fundamental para el manejo de dichos problemas.

Por este motivo, la comunicación es una necesidad básica humana; una correcta relación entre el enfermo, la familia y el equipo de Cuidados ayuda a disminuir el temor y la ansiedad tan frecuentes en estos pacientes y sus familias. Por otra parte, cuando la familia escucha al enfermo, permite que este libere determinados sentimientos, le ayuda a enfrentarse con su situación, eleva su autoestima y estimula el cumplimiento del tratamiento. La comunicación no incluye sólo las palabras; el gesto, el tono de voz, la mirada, el contacto físico, los movimientos, el mismo silencio, etc. pueden ser más significativos que las propias palabras, es la comunicación no verbal y supone el 80% del mensaje transmitido entre la enfermera -familia-enfermo.

De igual manera, la promoción de la autonomía y la dignidad del enfermo tienen que regir en las decisiones terapéuticas; el paternalismo y la sobreprotección dificultan el proceso de autonomía y menoscaban la dignidad del paciente. Considerar que el enfermo de cáncer en fases avanzadas es incapaz de conocer y asumir su situación o de tomar decisiones en la elaboración del plan terapéutico impide una buena comunicación favoreciendo el sentimiento de soledad y la pérdida de autoestima del paciente. Asimismo, la opinión del enfermo se debe tener en cuenta a la hora de tomar decisiones respecto a su enfermedad y su vida valorando con él sus necesidades físicas, psicológicas, sociales y espirituales y elaborando conjuntamente las prioridades y objetivos terapéuticos. Es importante acotar, que la persona enferma de cáncer se encuentra en una situación sumamente estresante.

Al mismo tiempo, las pruebas y exploraciones médicas, la confirmación del diagnóstico y los tratamientos médicos suponen una fuente de estrés tanto para los pacientes como para los familiares. Por lo que las intervenciones psicológicas dependen de la fase en la que se encuentre el paciente, pudiendo distinguirse diversas fases que describimos a continuación:

Relacionado con la fase de diagnóstico; puede admitirse la confirmación del diagnóstico de cáncer supone un fuerte impacto emocional; pueden aparecer reacciones de miedo, ansiedad, depresión e incredulidad. Estas personas se enfrentan de repente con su propia mortalidad, algo que veían como muy lejano en el tiempo aparece de repente ante sus ojos como algo más cercano y real. Por lo general, las personas en esta fase tienen una gran necesidad de información. Han de tomar decisiones importantes respecto a los tratamientos, también es habitual que se hagan preguntas acerca del por qué de la enfermedad, por qué les ha pasado a ellos, si podrían haberlo evitado, etc. Por este motivo, la intervención psicológica en esta fase está orientada en gran parte a proporcionar información al paciente o ayudarle a buscar fuentes fiables de información.

Por ejemplo, ayudarle a establecer una adecuada comunicación con el personal de salud que lo trata, animarle a buscar otras fuentes de información y ayudarle a resolver las preguntas de tipo "por qué a mí", sentimientos de culpa, ansiedad o depresión y ayudarle a adoptar un enfoque orientado hacia la lucha y búsqueda de soluciones. La información adecuada acerca de las opciones de que dispone, eficacia de los tratamientos disponibles, porcentaje de curación de casos similares, etc. puede ayudarle a adoptar un enfoque adecuado de la situación. Así mismo, en esta fase se ayuda al paciente a anticipar situaciones y planear estrategias de afrontamiento.

Por su parte, la fase de tratamiento médico: En esta fase, los pacientes se sienten más esperanzados que en la fase de diagnóstico, porque ven que se está haciendo algo por ellos; los principales problemas suelen estar relacionados con los efectos secundarios de los tratamientos médicos. Dichos efectos secundarios varían ampliamente de una persona a otra, lo cual indica posiblemente que los factores psicológicos ejercen una gran influencia. En ese sentido, ayudar al paciente a mejorar su capacidad de adaptación y enseñarle estrategias de afrontamiento, puede servirles de ayuda para disminuir los efectos secundarios. Es habitual que aparezcan náuseas condicionadas ante la quimioterapia; es decir, a las náuseas producidas por la quimioterapia, se añaden las producidas por el condicionamiento, que puede hacer que aparezcan incluso antes de entrar al hospital para recibir la sesión de quimioterapia. Los pacientes sometidos a tratamientos tan agresivos como sucede en el caso del cáncer, suelen sentirse peor tras comenzar el tratamiento, lo cual supone una situación paradójica y una fuente adicional de estrés y malestar.

Por otra parte, el miedo, la depresión, la fatiga, o la ansiedad pueden estar presentes y requerir atención psicológica. Así mismo, es importante identificar y tratar otras fuentes de estrés presentes en la vida del paciente ya antes de la aparición de la enfermedad. Debido a los efectos nocivos que el estrés crónico puede tener en el organismo, es importante enseñar al paciente a reducir y afrontar adecuadamente el estrés en su vida. También es posible que el paciente necesite revisar su vida y tal vez realizar algunos cambios. Por ejemplo, puede ser el momento adecuado para abandonar un trabajo estresante e insatisfactorio o plantearse cómo desearía realmente que fuera su vida o qué cambios necesita y qué puede hacer para lograrlo una vez recuperado de la enfermedad. Esto puede aportar un nuevo y más amplio sentido a su enfermedad y a su lucha por recuperarse.


Revista Electronica de PortalesMedicos.com
INICIO - NOVEDADES - ÚLTIMO NÚMERO - ESPECIALIDADES - INFORMACIÓN AUTORES
© PortalesMedicos, S.L.
PortadaAcerca deAviso LegalPolítica de PrivacidadCookiesPublicidadContactar