FARMACOLOGIA
CLINICA:
PLAN DE LA ESPECIALIDAD (3)
c) Evaluación de los efectos adversos: farmacovigilancia
Cuando un nuevo medicamento es comercializado, los conocimientos
sobre sus posibles efectos indeseables son limitados. A pesar de ser
un paso absolutamente imprescindible en el desarrollo de un nuevo
fármaco, los ensayos clínicos no pueden suministrar toda la
información necesaria sobre la relación beneficio/riesgo de un
medicamento . En comparación con lo que ocurre en la práctica
clínica habitual, los ensayos clínicos incluyen a un número limitado
de participantes, suelen ser de corta duración y no incluyen grupos
de alto riesgo, como pacientes con posibles contraindicaciones para
el fármaco evaluado, pacientes muy jóvenes o de edad muy avanzada o
mujeres embarazadas; además, en ellos se suele limitar el número de
fármacos que pueden tomar los participantes, los criterios
diagnósticos para administrar el nuevo fármaco son rigurosos y los
pacientes son sometidos a un seguimiento estricto. Todo ello
contribuye a que sea especialmente difícil identificar los efectos
indeseables menos frecuentes, los que aparecen tras una exposición
prolongada al fármaco o un tiempo después de ella, los que aparecen
en los grupos de riesgo, así como las interacciones con otros
fármacos.
La farmacovigilancia es el conjunto de actividades cuyo objetivo es
identificar los efectos adversos previamente desconocidos, conocer
su pronóstico, cuantificar su riesgo e informar a las autoridades
sanitarias, prescriptores y laboratorio fabricante.
En farmacovigilancia se emplean diferentes métodos: reunión de
series de casos -generalmente por notificación voluntaria-, o bien
estudios epidemiológicos que suelen tener el objetivo de comprobar
hipótesis generadas por el sistema de notificación voluntaria y
también de cuantificar los riesgos de efectos indeseables asociados
a la administración previa de medicamentos.
El farmacólogo clínico, en colaboración con médicos de atención
primaria y de hospital y otros profesionales sanitarios, juega,
pues, un papel de primer orden en la evaluación de los riesgos
asociados al consumo de medicamentos en la comunidad.
5.3. NIVELES DE FARMACOS EN FLUIDOS BIOLOGICOS
Algunos fármacos de indudable valor terapéutico potencial tienen un
margen terapéutico estrecho, es decir, que hay poca diferencia entre
la dosis (y la concentración plasmática subsiguiente) eficaz y la
dosis tóxica. Además, puede que se usen con una finalidad clínica
mediata, y sus efectos pueden no ser evidentes (por ejemplo,
antiepilépticos). En muchos casos existe una amplia variabilidad
interindividual en la farmacocinética y, tras la administración
continuada o repetida de una misma dosis, unos pacientes pueden
presentar niveles subterapéuticos y otros niveles excesivos y
potencialmente tóxicos.
También puede sospecharse la posibilidad de interacciones
farmacológicas o una alteración de la farmacocinética por la
presencia de alguna enfermedad sistémica concomitante, o bien el
fármaco puede ser administrado a determinados pacientes (por
ejemplo, niños, ancianos) en los que su farmacocinética es
desconocida o imprevisible.
En estas situaciones, el ajuste de la dosis y la valoración del
tratamiento pueden requerir la determinación de los niveles
plasmáticos del fármaco administrado. E1 farmacólogo clínico debe
seleccionar, utilizar o interpretar las técnicas analíticas de mayor
utilidad terapéutica en cada caso y con mejor relación
beneficio/coste. Asimismo, debe identificar las subpoblaciones de
pacientes más susceptibles de beneficiarse de estos análisis.
6. ROTACIONES
El residente deberá recibir formación suficiente en todas las
actividades propias de la especialidad, anteriormente mencionadas.
Para ello deberá realizar períodos de rotación obligatorios por los
servicios de Medicina Interna, Ginecología, Pediatría Urgencias u
otras especialidades .
Es conveniente que la formación del residente en Medicina Clínica
comience, por lo menos, en el primer año del período de formación.
Durante este período, cuya duración será de 18-24 meses, el
residente de Farmacología Clínica, realizará las mismas actividades
que los residentes de las demás especialidades médicas, por donde se
encuentre rotando.
6. l . ORGANIZACION DEL ROTATORIO
Es conveniente que, durante el rotatorio por los otros servicios
médicos, el residente esté vinculado al Servicio de Farmacología
Clínica y participe en sesiones, reuniones de trabajo y seminarios.
Al comienzo del período de formación, el residente deberá ser
informado del contenido y el calendario de su programa de
actividades. A tal efecto, se le entregará el presente programa.
A lo largo de todo el rotatorio debe existir una conexión continuada
con los demás servicios, que incluya la asistencia a sesiones
clínicas generales del hospital y la participación en guardias de
puerta o planta.
En cada Servicio de Farmacología Clínica acreditado existirá un
tutor de la formación de residentes.
El residente de Farmacología Clínica podrá completar su formación en
otras instituciones nacionales o extranjeras, bien sea por la
asistencia a cursos teóricos o teórico-prácticos sobre temas
relacionados con la Farmacología Clínica o bien mediante estancias
que permitan adquirir una experiencia o intercambiar ideas y métodos
con otros centros. Estas estancias se realizarán preferentemente
durante el último año de formación.
7. OBJETIVOS FORMATIVOS ESPECIFICOS
Con el fin de poder ejercitar adecuadamente estas funciones, el
residente debe conocer la utilización de los sistemas de información
sobre medicamentos más comunes, y desarrollar los conocimientos que
le permitan evaluar críticamente la bibliografía obtenida.
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