Traumatismo encefalocraneano. Manual de consulta. Decima Parte
Autor: Dr. Alberto Ochoa Govin | Publicado:  10/09/2009 | Traumatismo encefalocraneano. Manual de consulta. , Neurologia , Neurocirugia | |
Traumatismo encefalocraneano. Manual de consulta. Decima Parte.3

Tabla 30. Distribución porcentual de heridas en otras áreas corporales.

 

TCE_traumatismo_craneoencefalico/localizacion_heridas_guerra

 

Tabla 31. Distribución porcentual de los agentes vulnerantes en las heridas encefalocraneanas por armas de fuego en diferentes guerras.

 

TCE_traumatismo_craneoencefalico/guerras_heridas_craneo

 

En la Segunda Guerra Mundial, la relación entre heridas encefalocraneanas por balas y heridas por metralla fue de 1 a 9. En las guerras de Corea y Vietnam el porcentaje de heridas por balas fue menos de 20%. En una serie de 221 heridos referida por Carey en Vietnam el 11% fue por balas y el 89% por fragmentos de metralla. En otro reporte concerniente también a Vietnam, de 500 heridos en la cabeza, 13,7% fue por balas y 82,1% por metralla. Valores similares se han observado en el análisis de otras guerras de menor envergadura. En la guerra de Cambodia el porcentaje de heridos por balas fue de 24,5% y por metralla 71,4%. En un análisis de 500 heridas penetrantes de cráneo de la guerra entre Irán e Irak, 97% ocurrió por fragmentos de metralla; la mayoría por un fragmento único. (20, 38, 51,96)

 

En las guerras civiles, en épocas de paz, y durante las acciones combativas guerrilleras, en el campo o en la ciudad, pre­dominan las heridas en la cabeza ocasionadas por balas. En la guerra civil de Nigeria de 250 heridos en la cabeza hubo 140 por balas y 102 por fragmentos de metralla. En rebelión norirlandesa, en Belfast, 90% de las heridas fue oca­sionado por balas y menos de 10% por fragmentos de metralla.

 

Durante la guerra de agresión a VietNam por los Estados Unidos de Norteamérica, hubo gran cantidad de heridos craneoencefálicos en el pueblo vietnamita por el uso de bombas de balines antiper­sonales. Experiencia similar ocurre en la guerra entre los árabes y los israelíes.

 

La herida en el cuero cabelludo y en el cráneo de este tipo de lesión es muy pequeña. Las radiografías pueden no mostrar fracturas. Dentro de la cavidad craneal los balines se mueven como bolas de billar causando lesiones graves y extensas en sitios remotos.

 

A veces es necesario atender un pequeño porcentaje de heridas en la cabeza ocasionadas por piedras, fragmentos de cerámica o madera, cuerpos metálicos y otros.

 

Clasificación y tipos de heridas encefalocraneanas en la guerra.

 

Las heridas en la cabeza pueden ser clasificadas como: laceraciones del cuero cabelludo, fracturas craneales sin lesión en la duramadre, fracturas de cráneo con lesión en la duramadre y en el cerebro.

Estas heridas pueden ser a su vez: de tipo acanalado, con esquirlas en la sustancia cerebral, pero sin cuerpos extraños, penetrantes, donde existe retención del proyectil dentro de la cavidad craneal, o perforantes, cuando se produce entrada y salida del proyectil en la cavidad craneal.

 

Una variante de la anterior clasificación es la referida por Matson. El cual las divide en, laceraciones en el cuero cabelludo, fracturas lineales y deprimidas complicadas en el cráneo, sin penetración en la duramadre, fracturas complicadas, con penetración en la duramadre y en el cerebro, e incluye a otras lesiones como son: la lesión del sistema ventricular, heridas y fracturas en los senos paranasales y en las órbitas, laceración en los senos venosos de la duramadre, y los grandes hematomas intracraneales.

 

Harvey Cushing estableció la siguiente clasificación de los heridos durante la Primera Guerra Mundial, de acuerdo con el grado de gravedad:

 

  • Heridas del cuero cabelludo con cráneo y duramadre intactos.
  • Heridas que causan fracturas locales, variables, con la duramadre intacta.
  • Fracturas localmente deprimidas, con perforación de la dura­madre.
  • Heridas acanaladas con desprendimientos de fragmentos óseos dentro del cerebro.
  • Heridas penetrantes con retención del proyectil y de esquirlas.
  • Heridas con penetración o perforación de los ventrículos por esquirlas o el proyectil.
  • Heridas craneocerebrales que afectan las regiones orbitonasal o aureopetrosa.
  • Heridas con perforación craneocerebral.
  • Lesiones craneocerebrales con fractura masiva del cráneo.

 

Tonnis clasificó las heridas encefalocraneanas según su experiencia en la segunda guerra mundial, en la siguiente forma:

 

  • Heridas de proyectil en la bóveda craneal, que pueden ser, heridas de proyectil por impacto sin abertura en la duramadre, sin disfunciones neurológicas, o con disfunciones neurológicas; o con abertura en la duramadre, sin prolapso (brecha ósea ocluida), no compli­cada o complicada: con hematoma intracerebral, con contusión extensa del cerebro, con abertura del ventrículo, con grandes esquirlas incrustadas, con prolapso (brecha ósea abierta).
  • Heridas de proyectil sin orificio de salida, alojamiento homolateral, alojamiento contralateral, con lesión del tronco bulboprotuberancial.
  • Heridas de proyectil con orificio de salida, que pueden ser, heridas de proyectil en la base del cráneo, heridas de proyectil por impacto, sin lesión en la duramadre, con lesión en la duramadre, no complicadas o com­plicadas: con extensa contusión del cerebro, con aber­tura de ventrículo, con grandes esquirlas incrustadas.
  • Heridas de proyectil sin orificio de salida, con alojamiento homolateral, alojamiento contralateral, o con lesión del tronco bulboprotuberancial.
  • Heridas de proyectil con orificio de salida.

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