Traumatismo encefalocraneano. Manual de consulta. Decima Parte
Autor: Dr. Alberto Ochoa Govin | Publicado:  10/09/2009 | Traumatismo encefalocraneano. Manual de consulta. , Neurologia , Neurocirugia | |
Traumatismo encefalocraneano. Manual de consulta. Decima Parte.4

Conceptos de las lesiones en tiempo de guerra.

 

Herida penetrante.

 

Son heridas que presentan únicamente orificio de entrada con retención del proyectil o fragmentos de metralla dentro de la cavidad craneal. Algunos autores consideran como herida pe­netrante a cualquier traumatismo complicado del cráneo donde exista laceración en la duramadre, independientemente de la extensión del daño cerebral subyacente.

 

Herida perforante (transfixiante).

 

Son las heridas con orificio de entrada y salida. El pro­yectil así como los fragmentos metálicos, después de atravesar el cerebro, perforan el cráneo y salen de la cabeza o quedan retenidos bajo el cuero cabelludo.

 

Herida por rebote (Ricochet).

 

En este tipo de herida que es una variante de herida penetrante ­el proyectil, después de entrar en la cavidad craneal y atravesar el cerebro, golpea la tabla interna del lado opuesto. Después toma un curso retrógrado, que entra nuevamente en el cerebro o sigue un trayecto curvo a lo largo de la tabla interna de la bóveda antes de quedar en reposo.

 

Herida tangencial.

 

Es la que se produce cuando el agente vulnerante choca con la cabeza y sigue un ángulo agudo.

 

Tipos de heridas encefalocraneanas en tiempo de guerra.

 

En función de la etiología:

 

a)     Por balas.

b)    Por metralla.

c)     Por proyectiles diversos.

 

En función del trayecto:

 

a)     Directa.

b)    Rebote (Ricochet).

c)     Tangencial.

d)    Penetrante.

e)     Transfixiante o perforante.

f)     Unilateral o bilateral.

 

En función de la importancia de los daños:

 

a)     Cutánea.

b)    Ósea.

c)     De la duramadre.

d)    Cerebromeníngea.

 

En función de la afectación de los senos paranasales, de los ventrículos y de los senos venosos.

 

Localización de las heridas.

 

La mayor parte de las heridas fatales y no fatales que afectan la cabeza se localizan en la región media y anterior del cerebro. En 2 187 heridos en la cabeza en Vietnam, 35,2% presentó afec­tación de la región frontal, frontoparietal o frontotemporal. A iguales localizaciones correspondió 37,7% de 196 heridos en la guerra de Cambodia, 35,7% de 196 heridos de la guerra civil de Nigeria, y 70,2% de 500 heridos de la guerra entre Irán e Irak. Otras localizaciones de las heridas del encéfalo son: occipital, temporal, parietal, suboccipital, vértex y orbitaria.

 

Patogenia de las lesiones en tiempo de guerra.

 

Las heridas encefalocraneanas en la guerra son producidas prin­cipalmente por proyectiles de alta velocidad y fragmentos de metralla. Las balas de alta velocidad son aquellas en que el proyectil viaja a mayor velocidad que el sonido, es decir, a más de 1050 pies por segundo. Por ejemplo, los proyectiles del fusil M-16 del ejército norteamericano (3 300 pies/s) y los proyectiles del fusil AK del ejército ruso (2 400 pie/s), son de alta velocidad. En el campo de batalla; la muerte es casi segura en los heridos en la cabeza por balas de alta velocidad (con una probabilidad de 0,5). Entre aquéllos que no fallecen inmediatamente, el índice de morbilidad y mortalidad, tiempo después, es también elevado.

 

La mayor gravedad de las heridas causadas por balas en relación con las heridas ocasionadas por fragmentos de metralla obedece a la forma balística del proyectil del fusil, el cual es capaz de mantener una energía y una velocidad altas en grandes distancias; mientras que la velocidad y la energía del fragmento de metralla disminuye rápi­damente por su forma irregular.

 

Tal como vimos en la sección de balística en el capítulo de heridas por bala en el cráneo en tiempo de paz, el daño cerebral producido por los proyectiles de arma de fuego depende de la energía cinética (EC) del proyectil, la cual está determinada por dos elementos, la masa y la velocidad del proyectil, lo que se expresa en la siguiente fórmula:

 

EC = 1/2 m V2

 

m: masa.

V: velocidad.

 

A mayor velocidad de la bala, mayor será la energía por unidad de tiempo y el daño cerebral que produce. Si la herida es penetrante, la energía cinética que existe al pro­ducirse el impacto queda como energía de depósito dentro de la cavidad craneal. En caso de una herida perforante, la energía de depósito está determinada por la diferencia entre la energía cinética del impacto y la energía que existe después que el proyectil abandona la cabeza.

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