Actitud de los estudiantes del primer año de la carrera de Medicina hacia los contenidos programaticos de la asignatura Socioantropologia de la Salud
Autor: Rosmel del Valle Orfila Vilera | Publicado:  31/08/2009 | Formacion en Ciencias de la Salud , Otras Especialidades | |
Actitud estudiantes carrera de Medicina contenidos asignatura Socioantropologia Salud.6

 Las investigaciones aquí especificadas permiten tener evidencias sobre el papel apremiante que tienen la actitud, disposición y habilidades de los estudiantes por generar conocimientos significativos, destacando de esta manera que para obtener los máximos beneficios debe existir un compromiso tácito de los estudiantes y del docente, donde el primero de éstos actores tiene plena responsabilidad en su propio aprendizaje y en base a este aspecto la actitud que tenga hacia los contenidos de las diversas asignaturas es decisivo, pues debe quedar claro la importancia que tiene captar la esencia y significado de la teoría de una materia como Socioantropología de la Salud para poder comprender la naturaleza y dinámica del proceso salud –enfermedad.

 

Marco Filosófico-Antropológico

 

El marco filosófico-antropológico se refiere a las diversas concepciones y consideraciones ontológicas que el investigador tiene sobre el Hombre, tomando como base algunos puntos de vista propios de la Filosofía y de la Antropología. Al decir de Bernal (2000), “El marco filosófico consiste en exponer la concepción filosófico-antropológica o concepto de ser humano que tiene el autor o autores de la investigación.” (p. 119).

 

 El autor del presente estudio considera valioso el aporte de este marco que busca exponer reflexiones tendentes a comprender la naturaleza, dinámica, proyecciones y limitaciones de los seres humanos, con lo cual se obtendría un panorama lo bastante amplio para entender el por qué de las cosas.

 

 En atención a las consideraciones expuestas, la idea de sujeto humano que se concibe es la de un ser con caracteres muy particulares que lo habilitan para razonar y actuar conscientemente en un entorno sociocultural dinámico que precisa de su comprensión para un actuar seguro de manera proyectiva y progresiva. Ser humano lleva implícito una carga volitiva que le imprime singularidad a la esencia del hombre, y dada esta cualidad de raigambre subjetiva es posible entablar relaciones multidimensionales que van más allá de los semejantes, extendiéndose hacia contextos más exclusivos como lo son el entorno natural preexistente.

 

Dotado con una inteligencia particular muy diferente a la de las otras especies, el ser humano tiene la posibilidad y disponibilidad de crear productos acabados de tipo intelectual y material, además de construir la obra más inmensa a saber, esto es la cultura, que según Malinowsky (Antropólogo norteamericano del siglo XX) es todo lo que hace el hombre en sociedad. Así, para poder comprender al ser humano como creador de su cultura, se considera necesario adherirse al Humanismo como la corriente filosófica ideal que se adecua a los propósitos aquí planteados. Para Barrera (2003),

 

Se entiende por humanismo la actitud científica y del conocimiento que centra en el ser humano el referente principal, a la manera de Protágoras: el ser humano como medida de todas las cosas, indistintamente de la carga subjetiva que tenga tal afirmación, pues el llamado a tener lo humano como punto de referencia principal es lo predominante en este modelo. (pp.30 y 31)

 

 A través de esta concepción se comprende la naturaleza y dinámica de los seres humanos, y a través de la misma es posible una identificación y empatía con los otros al tratar de hacer abordajes de interés cualitativo y de procesos enteramente humanos como es el caso de las actitudes.

 

 Como de lo que se trata es de comprender el papel apremiante de lo enteramente humano dentro de una concepción educativa que día a día reclama una mayor injerencia en esta materia, es necesario destacar que uno de los pasos que ayudarían a desplegar un pensamiento fundamentado en la preservación de la salud de los grupos humanos es el reconocimiento y reivindicación de los derechos a la salud al que no escapa comunidad alguna. En este sentido Cantavella (2002), especifica un conjunto de consideraciones puntuales que esclarecen este aspecto:

 

Entre los derechos sociales se encuentran el Derecho a la Salud que, en teoría, está muy claro; pero en la práctica se viola continuamente, a pesar de estar contemplado en la Carta Magna de la mayoría de los países.

 

El Derecho a la Salud es un derecho humano,…

 

El Derecho a la Salud es también un derecho moral, fundamentado en el respeto a la dignidad de las personas y comprende todas las medidas que ponen en práctica las autoridades para proteger la salud en aquellas situaciones que no pueden enfrentarse mediante el esfuerzo individual, sin que esto disminuya la importancia del cuidado que la persona debe tener de su propia salud. (p. 130)

 

Al ser la salud un fundamento de lo moral, debe comprenderse entonces que es precisamente desde los grupos humanos donde deben erigirse todo el conjunto de acciones tendentes a promocionar la salud y educar para fomentar hábitos y estilos de vida saludables los cuales, en definitiva, están dirigidos a consolidar toda una cultura social de la salud, que en la medida en que vaya arrojando resultados positivos lo humano irá recobrando su status preferencial dentro de lo social.

 

 En concordancia con éste último planteamiento, Cantavella (2002) asevera que:

 

La meta de alcanzar una buena “calidad de vida” para un pueblo debe salir de él mismo. Para ello lo ético sería crear las condiciones necesarias para hacer posible que cada pueblo decida lo que para él significa “calidad de vida” y los medios necesarios para alcanzarla, de acuerdo a su cultura, pues la determinación del concepto “calidad de vida” debe hacerse con los avances de las ciencias sociales, económicas y políticas, conjuntamente con la participación popular. (p. 400)

 

Si se está augurando un nuevo hombre consustanciado en el humanismo, es fundamental que de la misma sociedad y de sus comunidades se fomenten comportamientos decisivos que brinden las posibilidades de un crecimiento y desarrollo de calidad, en la cual se satisfagan las necesidades reales y sentidas por todos los integrantes de la misma.

 

De lo que se trata es de comprender que el desarrollo humano es producto de la calidad de vida que los grupos humanos consoliden a través de estilos de vida saludables, y en esa tarea la responsabilidad es compartida entre todos los seres humanos.

 

 


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